Encontrados 117 resultados para: Vete

  • Porque yo, que soy un hombre sujeto al mando, tengo bajo mis órdenes soldados, y digo a éste: "Vete", y va; y a otro: "Ven", y viene; y a mi criado: "Haz esto", y lo hace". (Mateo 8, 9)

  • Pues para que veáis que el hijo del hombre tiene poder en la tierra para perdonar los pecados, dijo al paralítico: "Tú, levántate, carga con tu camilla y vete a tu casa". (Mateo 9, 6)

  • Les dijo: "Por vuestra poca fe; os aseguro que si tuvierais fe como un grano de mostaza, diríais a este monte: Vete de aquí allá, y se trasladaría; nada os sería imposible". (Mateo 17, 20)

  • Pero, para no escandalizarlos, vete al mar, echa el anzuelo y al primer pez que suba sácalo, ábrele la boca y encontrarás en ella la moneda precisa. Tómala y dásela a ellos por mí y por ti". (Mateo 17, 27)

  • Toma lo tuyo y vete. Pero yo quiero dar a este último lo mismo que a ti. (Mateo 20, 14)

  • "¿Qué os parece? Un hombre tenía dos hijos; se acercó al primero y le dijo: Hijo, vete a trabajar hoy a la viña. (Mateo 21, 28)

  • ¡Tú, levántate, carga con tu camilla y vete a tu casa!". (Marcos 2, 11)

  • Jesús no le dejó, sino que le dijo: "Vete a tu casa con los tuyos y cuéntales todo lo que el Señor, compadecido de ti, ha hecho contigo". (Marcos 5, 19)

  • Él dijo a la mujer: "Hija, tu fe te ha curado; vete en paz, libre ya de tu enfermedad". (Marcos 5, 34)

  • Jesús le dijo: "Vete, pues por tus palabras ya ha salido de tu hija el demonio". (Marcos 7, 29)

  • Pues para que sepáis que el hijo del hombre tiene poder en la tierra para perdonar los pecados, dijo al paralítico: Tú, levántate, carga con tu camilla y vete a tu casa". (Lucas 5, 24)

  • Porque yo, que soy hombre sujeto al mando, tengo a mis órdenes soldados, y digo a éste: Vete, y va; y a otro: Ven, y viene; y a mi criado: Haz esto, y lo hace". (Lucas 7, 8)


“Por que a tentação passada deixa na alma uma certa perturbação? perguntou um penitente a Padre Pio. Ele respondeu: “Você já presenciou um tremor de terra? Quando tudo estremece a sua volta, você também é sacudido; no entanto, não necessariamente fica enterrado nos destroços!” São Padre Pio de Pietrelcina