Encontrados 35 resultados para: Urías
Los hombres de la ciudad hicieron una salida para atacar a Joab; cayeron muchos del ejército y de los servidores de David y murió también Urías, el hitita. (II Samuel 11, 17)
¿Quién mató a Abimélec, hijo de Yerubaal? ¿No fue una mujer, que tiró sobre él desde lo alto de los muros una rueda de molino, y murió en Tebes? ¿Por qué os habéis acercado tanto a las murallas?, tú le dirás: También murió tu siervo Urías, el hitita". (II Samuel 11, 21)
pero los arqueros tiraron sobre tus siervos desde lo alto de los muros y murieron muchos siervos del rey, y tu siervo Urías, el hitita, murió también". (II Samuel 11, 24)
Cuando la mujer de Urías supo que su esposo había muerto, le guardó luto. (II Samuel 11, 26)
Entonces, ¿por qué has despreciado al Señor haciendo lo que le desagrada? Mataste con la espada a Urías, el hitita, y tomaste por esposa a su mujer. Tú lo mataste con la espada de los amonitas. (II Samuel 12, 9)
Por eso, no se apartará nunca de tu casa la espada, por haberme despreciado y haber tomado por esposa a la mujer de Urías, el hitita. (II Samuel 12, 10)
El Señor hizo que el niño que la mujer de Urías había dado a David enfermara gravemente. (II Samuel 12, 15)
Urías, hitita. En total, treinta y siete. (II Samuel 23, 39)
pues David había hecho lo que es recto a los ojos del Señor y no se había apartado durante toda su vida en nada de todo lo que el Señor le había mandado, excepto el caso de Urías, el hitita. (I Reyes 15, 5)
El rey Acaz fue a Damasco al encuentro de Teglat-Falasar, rey de Asiria. Al ver el altar que había en Damasco, envió al sacerdote Urías las dimensiones del altar y un plano exacto del mismo. (II Reyes 16, 10)
Y el sacerdote Urías construyó el altar, tal y como le había ordenado el rey Acaz desde Damasco, antes de que regresase de Damasco. (II Reyes 16, 11)
Luego el rey Acaz ordenó al sacerdote Urías: "Sobre el altar grande quemarás el holocausto de la mañana y la ofrenda de la tarde, el holocausto del rey y su ofrenda, el holocausto de toda la gente del país, sus ofrendas de pan y vino; sobre él derramaréis la sangre de los holocaustos y sacrificios. En cuanto al altar de bronce, ya proveeré". (II Reyes 16, 15)