Encontrados 128 resultados para: Tribus

  • El rey David nombró a 2.700 hermanos de Yerías, hombres valerosos y jefes de familias, como inspectores de las tribus de Rubén, de Gad y de la media tribu de Manasés, en todos los asuntos referentes a Dios y al rey. (I Crónicas 26, 32)

  • Estos son los jefes de las tribus de Israel: jefe de Rubén, Eliezer, hijo de Zicrí; de Simeón, Sefatías, hijo de Maacá; (I Crónicas 27, 16)

  • de Dan, Azarael, hijo de Yeroján. Éstos eran los jefes de las tribus de Israel. (I Crónicas 27, 22)

  • Los jefes de las familias, los de las tribus de Israel, los de millares y centurias y los encargados de los trabajos del rey se comprometieron (I Crónicas 29, 6)

  • Salomón convocó en Jerusalén a los ancianos de Israel, a los jefes de las tribus y de las familias israelitas, para trasladar desde Sión, la ciudad de David, el arca de la alianza del Señor. (II Crónicas 5, 2)

  • Desde el día que saqué a mi pueblo de Egipto, no he escogido ninguna otra ciudad de entre las tribus de Israel para que se me construyera en ella un templo como morada de mi nombre, ni tampoco he elegido un hombre para guía de mi pueblo Israel; (II Crónicas 6, 5)

  • Los fieles seguidores del Señor, de todas las tribus de Israel, siguieron el ejemplo de los sacerdotes y levitas, y se fueron a Jerusalén para ofrecer sacrificios al Señor, Dios de sus padres. (II Crónicas 11, 16)

  • Roboán se reafirmó en Jerusalén y continuó su reinado. Tenía cuarenta y un años cuando comenzó a reinar, y reinó diecisiete años en Jerusalén, la ciudad elegida por el Señor entre todas las tribus de Israel para morada de su nombre. Su madre se llamaba Naamá, la amonita. (II Crónicas 12, 13)

  • Y hasta puso la imagen de Aserá en el templo del Señor, del que Dios había dicho a David y a Salomón, su hijo: "En este templo y en Jerusalén, elegida por mí entre todas las tribus de Israel, pondré mi nombre para siempre; (II Crónicas 33, 7)

  • Ofrecieron para la dedicación de este templo de Dios cien novillos, doscientos carneros, cuatrocientos corderos y, como sacrificio por el pecado de todo Israel, doce machos cabríos, conforme al número de las tribus de Israel. (Esdras 6, 17)

  • Cuando yo era joven y me encontraba en la tierra de Israel, toda la tribu de nuestro padre Neftalí se había separado de la dinastía de David y de Jerusalén, ciudad elegida entre todas las tribus de Israel para ofrecer sacrificios, pues allí se había construido y consagrado para siempre el templo, morada de Dios. (Tobías 1, 4)

  • Todas las tribus que habían apostatado, incluida la de nuestro padre Neftalí, ofrecían sacrificios al becerro de oro que había levantado Jeroboán, rey de Israel, en Dan, sobre todos los montes de Galilea. (Tobías 1, 5)


“A maior caridade é aquela que arranca as pessoas vencidas pelo demônio, a fim de ganhá-las para Cristo. E isso eu faço assiduamente, noite e dia.” São Padre Pio de Pietrelcina