Encontrados 92 resultados para: Santa

  • Pues lleváis el nombre de la ciudad santa y os apoyáis en el Dios de Israel, cuyo nombre es el Señor todopoderoso. (Isaías 48, 2)

  • Despierta, despierta, vístete de tu fuerza, Sión; ponte tus vestidos más espléndidos, Jerusalén, ciudad santa. Pues ya no volverá a entrar en ti el incircunciso ni el impuro. (Isaías 52, 1)

  • Pues esto dice el altísimo, el excelso, el que habita una morada eterna y cuyo nombre es santo: Yo habito en una morada excelsa y santa, pero también estoy con el hombre arrepentido y humilde, para reanimar el espíritu de los humildes, para reconfortar el corazón afligido. (Isaías 57, 15)

  • Mira desde el cielo y contempla, desde tu morada santa y gloriosa. ¿Dónde está tu celo y tu poder, la conmoción de tus entrañas? ¡Ah, no reprimas tu piedad, (Isaías 63, 15)

  • Israel era la posesión santa del Señor, las primicias de su cosecha; todo el que comía de ella lo pagaba, la desgracia caía sobre él, dice el Señor. (Jeremías 2, 3)

  • Y tú anúnciales todas estas palabras y diles: El Señor ruge desde lo alto, desde su santa morada lanza su voz; ruge con fuerza contra su hacienda, lanza el grito de júbilo de los pisadores de la uva contra todos los habitantes de la tierra. (Jeremías 25, 30)

  • Míranos, Señor, desde tu santa morada, atiéndenos; inclina, Señor, tu oído y escucha. (Baruc 2, 16)

  • Será una porción santa del país reservada a los sacerdotes que ejercen el ministerio del santuario y se acercan al Señor para servirle; aquí podrán construir sus casas y tendrán un espacio consagrado al santuario. (Ezequiel 45, 4)

  • Tú has ejecutado sentencias justas en todos los males que nos has mandado a nosotros y a la ciudad santa de nuestros padres, Jerusalén; pues tú nos has tratado así conforme a la verdad y la justicia, a causa de nuestros pecados. (Daniel 3, 28)

  • Bendito seas en el templo de tu santa gloria, alabado y ensalzado eternamente. (Daniel 3, 53)

  • De uno de ellos, el más pequeño, salió además otro cuerno, que creció enormemente en dirección del mediodía, del oriente y de la tierra santa. (Daniel 8, 9)

  • Setenta semanas están fijadas sobre tu pueblo y tu ciudad santa, para poner fin al delito y a la injusticia, para perdonar los crímenes e instaurar una justicia eterna, para que se cumplan visión y profecía y para consagrar el lugar santísimo. (Daniel 9, 24)


“Para consolar uma alma na sua dor, mostre-lhe todo o bem que ela ainda pode fazer.” São Padre Pio de Pietrelcina