Encontrados 169 resultados para: Pablo en Corinto

  • Pablo, mirando fijamente al tribunal, dijo: "Hermanos, yo me he comportado con buena conciencia ante Dios hasta el día de hoy". (Hechos 23, 1)

  • Pablo le dijo: "Dios te golpeará a ti, pared blanqueada. Tú estás sentado para juzgarme según la ley, ¿y violando la ley mandas golpearme?". (Hechos 23, 3)

  • Pablo dijo: "No sabía, hermanos, que fuera el sumo sacerdote, pues está escrito: No insultarás al jefe de tu pueblo". (Hechos 23, 5)

  • Pablo, sabiendo que una parte del tribunal eran saduceos y otra fariseos, gritó así: "Hermanos, yo soy fariseo, hijo de fariseos; soy juzgado por la esperanza en la resurrección de los muertos". (Hechos 23, 6)

  • Como la discordia crecía cada vez más, el comandante, temiendo que despedazaran a Pablo, ordenó que bajara la tropa, que lo sacaran de allí y que lo llevaran a la fortaleza. (Hechos 23, 10)

  • Cuando se hizo de día, los judíos convocaron una reunión, en la que se comprometieron bajo juramento a no comer ni beber hasta que matasen a Pablo. (Hechos 23, 12)

  • Se presentaron a los sumos sacerdotes y a los ancianos, y dijeron: "Nos hemos comprometido bajo juramento a no comer nada hasta matar a Pablo. (Hechos 23, 14)

  • Pero el hijo de la hermana de Pablo, que tuvo conocimiento de la conjuración, se presentó, entró en la fortaleza y avisó a Pablo. (Hechos 23, 16)

  • Pablo llamó a uno de los oficiales y le dijo: "Lleva a este joven ante el comandante, porque tiene algo que comunicarle". (Hechos 23, 17)

  • Él lo levó al comandante, al cual dijo: "El preso Pablo me ha llamado y me ha suplicado que te traiga a este joven, que tiene algo que decirte". (Hechos 23, 18)

  • Contestó: "Que los judíos han acordado pedirte que hagas bajar mañana a Pablo al tribunal con el pretexto de examinar más a fondo su caso. (Hechos 23, 20)

  • Disponed también cabalgaduras para montar a Pablo y llevarlo sano y salvo al gobernador Félix. (Hechos 23, 24)


“Se precisamos ter paciência para suportar os defeitos dos outros, quanto mais ainda precisamos para tolerar nossos próprios defeitos!” São Padre Pio de Pietrelcina