Encontrados 931 resultados para: Ofrendas del Templo

  • con las ofrendas correspondientes de pan y de vino, según el número de novillos, carneros y corderos; (Números 29, 21)

  • y un macho cabrío para el sacrificio por el pecado, además del holocausto diario, con sus correspondientes ofrendas de pan y de vino. (Números 29, 22)

  • con las correspondientes ofrendas de pan y vino, según el número de novillos, carneros y corderos; (Números 29, 24)

  • y un macho cabrío para el sacrificio por el pecado, además del holocausto diario, con sus correspondientes ofrendas de pan y de vino. (Números 29, 25)

  • con las correspondientes ofrendas de pan y de vino, según el número de novillos, carneros y corderos; (Números 29, 27)

  • y un macho cabrío para el sacrificio por el pecado, además del holocausto diario, con sus correspondientes ofrendas de pan y de vino. (Números 29, 28)

  • con las correspondientes ofrendas de pan y de vino, según el número de novillos, carneros y corderos; (Números 29, 30)

  • y un macho cabrío para el sacrificio por el pecado, además del holocausto diario, con sus correspondientes ofrendas de pan y de vino. (Números 29, 31)

  • con las correspondientes ofrendas de pan y de vino, según el número de novillos, carneros y corderos; (Números 29, 33)

  • y un macho cabrío para el sacrificio por el pecado, además del holocausto diario, con sus correspondientes ofrendas de pan y de vino. (Números 29, 34)

  • con las correspondientes ofrendas de pan y de vino, según el número de novillos, carneros y corderos; (Números 29, 37)

  • y un macho cabrío en sacrificio por el pecado, además del holocausto diario, con sus correspondientes ofrendas de pan y de vino. (Números 29, 38)


“Pobres e desafortunadas as almas que se envolvem no turbilhão de preocupações deste mundo. Quanto mais amam o mundo, mais suas paixões crescem, mais queimam de desejos, mais se tornam incapazes de atingir seus objetivos. E vêm, então, as inquietações, as impaciências e terríveis sofrimentos profundos, pois seus corações não palpitam com a caridade e o amor. Rezemos por essas almas desafortunadas e miseráveis, para que Jesus, em Sua infinita misericórdia, possa perdoá-las e conduzi-las a Ele.” São Padre Pio de Pietrelcina