Encontrados 822 resultados para: Moisés y serpiente

  • Pero con la ayuda de Dios me mantengo hasta hoy dando testimonio a chicos y grandes, no afirmando nada fuera de lo que los profetas y Moisés dijeron que había de suceder: (Hechos 26, 22)

  • Señalaron un día, y fueron a su alojamiento en mayor número. Desde la mañana hasta la tarde les anunció el reino de Dios, dando testimonio y esforzándose por convencerlos de quién era Jesús, apoyándose en la ley de Moisés y en los profetas. (Hechos 28, 23)

  • sin embargo, la muerte reinó desde Adán hasta Moisés, aun sobre aquellos que no habían cometido un delito como el de Adán, que es figura del que había de venir. (Romanos 5, 14)

  • Pues a Moisés le dice: Tendré misericordia de quien quiera y tendré compasión de quien quiera. (Romanos 9, 15)

  • Moisés dice de la justicia que viene de la ley que el hombre que la practica, por ella, vivirá. (Romanos 10, 5)

  • Pero digo además: ¿Será que Israel no se ha dado cuenta? Moisés dice: Yo os provocaré a celos de uno que no es mi pueblo, y os irritaré contra un pueblo insensato. (Romanos 10, 19)

  • Porque en la ley de Moisés está escrito: No pondrás bozal al buey que trilla. ¿Es que Dios se preocupa de los bueyes? (I Corintios 9, 9)

  • y todos, al ser bautizados en la nube y en el mar, quedaron unidos a Moisés; (I Corintios 10, 2)

  • Y si el ministerio de muerte, grabado en letras sobre piedras, fue glorioso hasta el punto que los israelitas no podían mirar fijamente al rostro de Moisés a causa del resplandor, que era pasajero, (II Corintios 3, 7)

  • y no como Moisés, que se tapaba la cara con un velo para que los israelitas no se fijasen en su resplandor, que era pasajero. (II Corintios 3, 13)

  • Hasta hoy, siempre que leen a Moisés, el velo nubla su mente. (II Corintios 3, 15)

  • Pero temo que, como la serpiente engañó con su astucia a Eva, pervierta también vuestros pensamientos y os apartéis de la fidelidad y de la consagración a Cristo. (II Corintios 11, 3)


“O meu passado, Senhor, à Tua misericórdia. O meu Presente, ao Teu amor. O meu futuro, à Tua Providência.” São Padre Pio de Pietrelcina