Encontrados 983 resultados para: Moisés y faraón

  • Sí, robusteceré los brazos del rey de Babilonia, mientras que los brazos del Faraón caerán. Sabrán entonces que yo soy el Señor, cuando ponga mi espada en la mano del rey de Babilonia y él la esgrima sobre la tierra de Egipto. (Ezequiel 30, 25)

  • "Hijo de hombre, di al Faraón, rey de Egipto, y a su pueblo: ¿A quién te pareces en tu grandeza? (Ezequiel 31, 2)

  • ¿A quién te pareces en majestad y grandeza de entre los árboles de Edén? Pues también tú serás precipitado con los árboles de Edén a las moradas subterráneas, y entre incircuncisos yacerás con las víctimas de la espada. Tal será la suerte del Faraón y de todos sus súbditos", dice el Señor Dios. (Ezequiel 31, 18)

  • "Hijo de hombre, entona una elegía sobre el Faraón, rey de Egipto. Le dirás: ¡León entre las gentes, ya estás aniquilado! Eras como un cocodrilo en el agua, agitabas los ríos con el soplo de tus narices, enturbiabas las aguas con tus patas, removías sus corrientes. (Ezequiel 32, 2)

  • El Faraón los verá y se consolará de la suerte de su pueblo. Porque el Faraón será muerto a espada con todo su ejército, dice el Señor Dios. (Ezequiel 32, 31)

  • Había sembrado el pánico en la tierra de los vivos y allí está tendido en medio de los incircuncisos, con los muertos a espada: El Faraón y todo su ejército", afirma el Señor Dios. (Ezequiel 32, 32)

  • Todo Israel ha quebrantado tu ley, se ha extraviado sin querer escuchar tu voz. Por esto nos han sobrevenido las maldiciones que están escritas bajo juramento en la ley de Moisés, siervo de Dios, porque hemos pecado contra él. (Daniel 9, 11)

  • Este desastre nos ha sobrevenido tal y como está escrito en la ley de Moisés; pero nosotros no hemos tratado de aplacar la ira del Señor, nuestro Dios, convirtiéndonos de nuestros pecados y dando oídos a tu verdad. (Daniel 9, 13)

  • Sus padres eran justos, y habían educado a su hija conforme a la ley de Moisés. (Daniel 13, 3)

  • Los condenaron a muerte, como prescribe la ley de Moisés, y así aquel día se salvó la sangre inocente. (Daniel 13, 62)

  • Yo te saqué de Egipto, de la casa de esclavitud te rescaté y mandé a tu frente a Moisés, Aarón y María. (Miqueas 6, 4)

  • Recordad la ley de Moisés, mi siervo, a quien yo di en el Horeb mandamientos y normas para todo Israel. (Malaquías 3, 22)


“Não queremos aceitar o fato de que o sofrimento é necessário para nossa alma e de que a cruz deve ser o nosso pão cotidiano. Assim como o corpo precisa ser nutrido, também a alma precisa da cruz, dia a dia, para purificá-la e desapegá-la das coisas terrenas. Não queremos entender que Deus não quer e não pode salvar-nos nem santificar-nos sem a cruz. Quanto mais Ele chama uma alma a Si, mais a santifica por meio da cruz.” São Padre Pio de Pietrelcina