Encontrados 19 resultados para: Maquir

  • José vio a los hijos de Efraín hasta la tercera generación. También recibió sobre sus rodillas, al nacer, a los hijos de Maquir, hijo de Manasés. (Génesis 50, 23)

  • Hijos de Manasés: de Maquir, el clan maquirita; Maquir engendró a Galaad; de Galaad, el clan galaadita. (Números 26, 29)

  • Se acercaron entonces las hijas de Selofjad, hijo de Jéfer, hijo de Galaad, hijo de Maquir, hijo de Manasés, de uno de los clanes de Manasés, hijo de José. Se llamaban: Majlá, Noá, Joglá, Milcá y Tirsá. (Números 27, 1)

  • Los hijos de Maquir, hijo de Manasés, marcharon contra Galaad, la conquistaron y expulsaron a los amorreos que se encontraban allí. (Números 32, 39)

  • Moisés dio Galaad a Maquir, hijo de Manasés, que se estableció allí. (Números 32, 40)

  • Los cabezas de familia de los clanes de Galaad, hijo de Maquir, hijo de Manasés, uno de los clanes de la casa de José, fueron a ver a Moisés y a los jefes de familia israelitas, (Números 36, 1)

  • A Maquir le di Galaad. (Deuteronomio 3, 15)

  • La mitad de Galaad, Astarot y Edreí, ciudades del reino de Og, en Basán, fueron dadas a los hijos de Maquir, hijo de Manasés, a la mitad de los hijos de Maquir, según sus clanes. (Josué 13, 31)

  • Éste es el territorio que tocó en suerte a la tribu de Manasés, el primogénito de José. A Maquir, primogénito de Manasés y padre de Galaad, hombre de guerra, le cayó en suerte Galaad y Basán. (Josué 17, 1)

  • Selofjad, hijo de Jéfer, hijo de Galaad, hijo de Maquir, hijo de Manasés, no tuvo hijos, sino solamente hijas, que se llamaban: Majlá, Noá, Joglá, Milcá, Tirsá. (Josué 17, 3)

  • Los príncipes de Efraín están en el llano, su hermano Benjamín entre sus tropas; de Maquir bajaron los jefes, y de Zabulón los que llevan el bastón de mando. (Jueces 5, 14)

  • El rey le dijo: "¿Dónde está?". Sibá respondió: "En casa de Maquir, hijo de Amiel, de Lodabar". (II Samuel 9, 4)


“Subamos sem nos cansarmos, sob a celeste vista do Salvador. Distanciemo-nos das afeições terrenas. Despojemo-nos do homem velho e vistamo-nos do homem novo. Aspiremos à felicidade que nos está reservada.” São Padre Pio de Pietrelcina