Encontrados 329 resultados para: Mandó

  • Encendido en indignación, quitó inmediatamente la púrpura a Andrónico e hizo que le rasgaran las vestiduras y lo llevaran por toda la ciudad hasta el lugar donde había cometido el crimen contra Onías. Allí mismo mandó matar al asesino; Dios le dio así el castigo merecido. (II Macabeos 4, 38)

  • Su fin fue desgraciado. Aretas, rey de los árabes, lo mandó encarcelar y, huyendo de ciudad en ciudad, perseguido y aborrecido por todos como transgresor de las leyes, execrado como verdugo de la patria, fue confinado en Egipto. (II Macabeos 5, 8)

  • mandó a sus soldados que mataran sin compasión a cuantos encontraran y a cuantos se refugiaran en las terrazas de las casas. (II Macabeos 5, 12)

  • Llegó a Jerusalén y, simulando la paz, esperó hasta el sábado. Entonces, viendo a los judíos en fiesta, mandó hacer un desfile militar (II Macabeos 5, 25)

  • El rey, enfurecido, mandó poner fuego debajo de las sartenes y ollas; y, cuando estuvieron encendidas, (II Macabeos 7, 3)

  • mandó cortar la lengua del que había hablado en nombre de todos, desollarle la cabeza y cortarle las extremidades, mientras sus hermanos y su madre lo presenciaban. (II Macabeos 7, 4)

  • Una vez completamente mutilado, mandó echarlo al fuego y freírlo cuando todavía vivía. El vapor de la caldera se extendía hasta lejos, y la madre y los hermanos se exhortaban mutuamente a morir valientemente, (II Macabeos 7, 5)

  • Mandó a Eleazar leer el libro sagrado, y dando como contraseña "Dios ayuda", él mismo se puso al frente del primer escuadrón y cayó sobre Nicanor. (II Macabeos 8, 23)

  • Lleno de ira, se propuso hacer pagar a los judíos la injuria recibida de quienes lo habían puesto en fuga. Y así mandó al conductor de su carro apresurar la marcha sin parar en el momento en que venía sobre él el juicio de Dios. Pues se decía, lleno de orgullo: "En cuanto llegue a Jerusalén, haré de la ciudad un cementerio de judíos". (II Macabeos 9, 4)

  • Judas, al saberlo, mandó al pueblo que invocara a Dios día y noche, para que, como siempre, también ahora viniera en ayuda de los que temían verse privados de la ley, de la patria y del templo, (II Macabeos 13, 10)

  • Nicanor, dándose cuenta de que Judas había desaparecido con astucia, subió al templo a la misma hora que los sacerdotes ofrecían la víctima y les mandó que le entregaran al Macabeo. (II Macabeos 14, 31)

  • Pues bien, Nicanor, queriendo mostrar su odio contra los judíos, mandó más de quinientos soldados a prenderlo. (II Macabeos 14, 39)


“Dirás tu o mais belo dos credos quando houver noite em redor de ti, na hora do sacrifício, na dor, no supremo esforço duma vontade inquebrantável para o bem. Este credo é como um relâmpago que rasga a escuridão de teu espírito e no seu brilho te eleva a Deus”. São Padre Pio de Pietrelcina