Encontrados 87 resultados para: León

  • Caeré sobre ellos como una osa privada de sus cachorros; desgarraré su corazón, los devoraré como un león, y las fieras del campo los harán pedazos. (Oseas 13, 8)

  • Porque un pueblo ataca a mi país, poderoso e innumerable; dientes de león son sus dientes, y tiene muelas de leona. (Joel 1, 6)

  • ¿Rugirá el león en la selva sin que haya presa? ¿Dejará el leoncillo oír su voz desde su cubil si no ha agarrado nada? (Amós 3, 4)

  • El león ruge; ¿quién no temerá? El Señor Dios habla; ¿quién no profetizará? (Amós 3, 8)

  • Esto dice el Señor: "Como el pastor salva de la boca del león dos patas o la punta de una oreja, así serán salvados los israelitas, los instalados en Samaría, que se recuestan en divanes lujosos y en camas confortables". (Amós 3, 12)

  • Como el hombre que huye del león, y le acosa un oso; entra en casa, pone su mano sobre la pared y le muerde una serpiente. (Amós 5, 19)

  • Entonces el resto de Jacob será entre las naciones, en medio de la multitud de los pueblos, como el león entre las fieras de la selva, como el leoncillo entre los rebaños de ganado menor, que pasa, pisotea y arrebata sin que nadie pueda arrancar su presa. (Miqueas 5, 7)

  • ¿Dónde está la guarida de los leones y el cubil de los leoncillos? ¿Dónde iba el león y sus cachorros sin que nadie le inquietase? (Nahún 2, 12)

  • El león desgarraba la presa para sus cachorros, la estrangulaba para sus leonas, llenaba de botín su escondrijo y de rapiñas su cubil. (Nahún 2, 13)

  • Pero el Señor me ayudó y me dio fuerzas, de tal modo que la palabra ha sido anunciada cumplidamente por mí y oída por los paganos. Y yo he sido librado de la boca del león. (II Timoteo 4, 17)

  • ¡Sed sobrios y estad en guardia!. Vuestro enemigo el diablo como león rugiente da vueltas y busca a quién devorar. (I Pedro 5, 8)

  • El primero era parecido a un león, el segundo, a un toro; el tercero tenía la cara parecida a la de un hombre; y el cuarto, parecido a un águila que vuela. (Apocalipsis 4, 7)


“Quem te agita e te atormenta é o demônio.Quem te consola é Deus”! São Padre Pio de Pietrelcina