Encontrados 151 resultados para: Jesucristo

  • Bendito sea Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, padre de las misericordias y de todo consuelo, (II Corintios 1, 3)

  • Porque el Hijo de Dios, Jesucristo, a quien os hemos predicado Silvano, Timoteo y yo, no fue "sí" y "no", sino que fue "sí". (II Corintios 1, 19)

  • Pues todas las promesas de Dios se cumplieron en él. Por eso, cuando glorificamos a Dios, decimos "amén" por Jesucristo. (II Corintios 1, 20)

  • Porque no nos predicamos a nosotros mismos, sino a Jesucristo, el Señor; nosotros somos vuestros siervos por amor de Jesús. (II Corintios 4, 5)

  • Vosotros ya conocéis la generosidad de nuestro Señor Jesucristo, el cual siendo rico se hizo pobre por vosotros para enriqueceros con su pobreza. (II Corintios 8, 9)

  • Porque si alguno viene a predicaros otro Jesucristo diferente del que yo os he predicado, o si recibís otro Espíritu diferente del que habéis recibido, u otro evangelio que el que abrazasteis, lo aceptáis con gusto. (II Corintios 11, 4)

  • Examinaos a vosotros mismos a ver si estáis firmes en la fe; poneos vosotros mismos a prueba. ¿No reconocéis que Jesucristo está en vosotros? A ver si es que no superáis la prueba. (II Corintios 13, 5)

  • La gracia de Jesucristo, el Señor, el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo esté con todos vosotros. (II Corintios 13, 13)

  • Pablo, apóstol -no de parte de los hombres ni por mediación de los hombres, sino por Jesucristo y por Dios Padre, que lo resucitó de entre los muertos-, (Gálatas 1, 1)

  • Os deseamos la gracia y la paz de Dios nuestro Padre y de Jesucristo nuestro Señor, (Gálatas 1, 3)

  • pues yo no lo recibí ni lo aprendí de hombre alguno, sino por revelación de Jesucristo. (Gálatas 1, 12)

  • pero sabemos que nadie se justifica por las obras de la ley, sino por la fe en Jesucristo; nosotros creemos en Cristo Jesús para ser justificados por la fe de Cristo, no por las obras de la ley; porque nadie será justificado por las obras de la ley. (Gálatas 2, 16)


“O Senhor se comunica conosco à medida que nos libertamos do nosso apego aos sentidos, que sacrificamos nossa vontade própria e que edificamos nossa vida na humildade.” São Padre Pio de Pietrelcina