Encontrados 1589 resultados para: Jesús convierte agua en vino
Puesto que tenemos un sumo sacerdote extraordinario, que ha penetrado en los cielos, Jesús, el Hijo de Dios, permanezcamos firmes en la fe que profesamos. (Hebreos 4, 14)
En efecto, la tierra que absorbe el agua caída repetidas veces sobre ella y que produce frutos abundantes para aquellos que la cultivan, recibe la bendición de Dios; (Hebreos 6, 7)
donde, como precursor nuestro, entró Jesús, convertido en sumo sacerdote para siempre a la manera de Melquisedec. (Hebreos 6, 20)
Esto es precisamente lo que hace que Jesús sea la garantía de una alianza superior. (Hebreos 7, 22)
En efecto, Moisés, después de haber promulgado ante el pueblo todos los mandamientos según estaban escritos en la ley, tomó la sangre de machos cabríos y de becerros, con agua, lana escarlata y el hisopo, y roció con ella el libro mismo y a todo el pueblo, (Hebreos 9, 19)
Así pues, hermanos, puesto que tenemos la gozosa esperanza de entrar en el santuario en virtud de la sangre de Jesús, (Hebreos 10, 19)
acerquémonos con un corazón sincero, con fe perfecta, purificados los corazones de toda mancha de la que tengamos conciencia, y el cuerpo lavado con agua pura. (Hebreos 10, 22)
Por la fe vino a habitar en la tierra prometida como en un país extranjero, viviendo en tiendas de campaña, con Isaac y Jacob, herederos con él de la misma promesa. (Hebreos 11, 9)
fijando nuestra mirada en Jesús, el autor y consumador de la fe, quien, para obtener la gloria que se le proponía, soportó la cruz, aceptando valientemente la ignominia, y está sentado a la diestra del trono de Dios. (Hebreos 12, 2)
a Jesús, mediador de una alianza nueva, que nos roció con una sangre, que habla más elocuentemente que la de Abel. (Hebreos 12, 24)
¿Acaso una fuente echa por el mismo caño agua dulce y amarga? (Santiago 3, 11)
¿Acaso, hermanos míos, la higuera puede producir aceitunas y la viña higos? El agua salada no dará jamás agua dulce. (Santiago 3, 12)