Encontrados 959 resultados para: Hor

  • El Señor dijo a Moisés y a Aarón: "Tomad un puñado de ceniza de horno y que Moisés la tire al aire en presencia del Faraón. (Exodo 9, 8)

  • Tomaron ceniza de horno y, presentándose ante el Faraón, Moisés la esparció por el aire y produjo úlceras y tumores en hombres y animales. (Exodo 9, 10)

  • Pues bien, yo haré llover mañana, a esta hora, una granizada tan fuerte como no la ha habido en Egipto desde el día en que fue fundado hasta el presente. (Exodo 9, 18)

  • Moisés dijo al pueblo: "No temáis, estad tranquilos y veréis la victoria que hoy os dará el Señor; porque a estos egipcios que ahora veis, ya nunca los volveréis a ver. (Exodo 14, 13)

  • Yo estaré delante de ti, allí, en la roca de Horeb. Tú golpearás la roca, que manará agua, y el pueblo beberá". Así lo hizo Moisés en presencia de los ancianos de Israel. (Exodo 17, 6)

  • Ahora reconozco que el Señor es más fuerte que todos los dioses, porque ha castigado a los egipcios, que tiranizaban a Israel". (Exodo 18, 11)

  • Toda la montaña del Sinaí humeaba, porque sobre ella había descendido el Señor en medio de fuego. El humo subía como de un horno, y toda la montaña se estremecía fuertemente. (Exodo 19, 18)

  • Ahora anda, conduce al pueblo al lugar que te he ordenado. Mi ángel irá delante de ti. Pero en el día de mi visita los castigaré por su pecado". (Exodo 32, 34)

  • Los israelitas se despojaron de sus galas a partir del monte Horeb. (Exodo 33, 6)

  • Cuando quieras hacer una ofrenda de pasta cocida en el horno, será de flor de harina en forma de hogazas, sin levadura, amasadas en aceite, u hojaldres sin levadura empapados en aceite. (Levítico 2, 4)

  • Toda ofrenda preparada al horno, a la plancha o en la sartén, será también del sacerdote que la ofrezca. (Levítico 7, 9)

  • Cualquier objeto sobre el que caigan los cadáveres de estos animales quedará impuro; horno y hornillo serán destruidos, porque son impuros, y como tales deben ser tratados. (Levítico 11, 35)


“Quando te encontrares diante de Deus, na oração considera-te banhado na luz da verdade, fala-lhe se puderes, deixa simplesmente que te veja e não tenhas preocupação alguma”. São Padre Pio de Pietrelcina