Encontrados 46 resultados para: Hadad-ezer

  • Ben Hadad, rey de Siria, reunió todo su ejército y, acompañado de treinta y dos reyes con carros y caballos, fue a sitiar Samaría y la atacó. (I Reyes 20, 1)

  • "Esto dice Ben Hadad: Tu plata y tu oro son míos; tus mujeres y tus hijos a ti te pertenecen". (I Reyes 20, 3)

  • Pero los emisarios volvieron de nuevo, diciendo: "Esto dice Ben Hadad: Envío a decirte: Me debes entregar tu plata, tu oro, tus mujeres y tus hijos. (I Reyes 20, 5)

  • Y respondió a los emisarios de Ben Hadad: "Decid al rey, mi señor: Todo lo que mandaste a decir a tu servidor en un principio, lo haré; pero esto otro no lo puedo hacer". Los emisarios se fueron y dieron la respuesta. (I Reyes 20, 9)

  • Ben Hadad mandó a decirle: "Esto y cosa peor hagan conmigo los dioses si el polvo de Samaría basta para llenar los puños de toda la gente que me sigue". (I Reyes 20, 10)

  • Cuando Ben Hadad se enteró de esta respuesta, estaba con los reyes, bebiendo en las tiendas, y mandó a sus súbditos: "¡A formar!". Y formaron contra la ciudad. (I Reyes 20, 12)

  • Al mediodía se hizo una salida, mientras que Ben Hadad estaba en sus tiendas bebiendo y borracho, con los treinta y dos reyes que le ayudaban. (I Reyes 20, 16)

  • Salieron en primer lugar los asistentes de los jefes de las provincias. Ben Hadad envió a informarse y le dieron este parte: "Unos hombres han salido de Samaría". (I Reyes 20, 17)

  • Cada uno mató al que se le puso delante. Los sirios se dieron a la fuga, perseguidos por los israelitas, y Ben Hadad, rey de Siria, logró salvarse a caballo con algunos jinetes. (I Reyes 20, 20)

  • Al cabo de un año Ben Hadad pasó revista a los sirios y fue a Afec a luchar contra Israel. (I Reyes 20, 26)

  • Los supervivientes huyeron a la ciudad de Afec; pero la muralla se desplomó sobre los siete mil hombres que quedaban. También Ben Hadad huyó a la ciudad, escondiéndose de estancia en estancia. (I Reyes 20, 30)

  • Y ciñeron con sayales los lomos y con cuerdas el cuello, y se presentaron al rey de Israel diciendo: "Tu servidor Ben Hadad dice: Perdóname la vida, por favor". El rey respondió: "¿Está aún vivo? Es mi hermano". (I Reyes 20, 32)


“Quando o dia seguinte chegar, ele também será chamado de hoje e, então, você pensará nele. Tenha sempre muita confiança na Divina Providência.” São Padre Pio de Pietrelcina