Encontrados 41 resultados para: Hacían

  • Hizo el candelabro de oro puro forjado; su base, fuste, copas, cálices y pétalos hacían un solo cuerpo. (Exodo 37, 17)

  • Los cálices y los brazos hacían un solo cuerpo con el candelabro, y todo el conjunto era de oro puro forjado. (Exodo 37, 22)

  • El pueblo se dispersaba para recogerlo, lo molían en molinos o lo machacaban en el almirez, lo cocían en una caldera y hacían tortas, que tenían el sabor de la pasta amasada con aceite. (Números 11, 8)

  • El Señor envió entonces contra el pueblo serpientes venenosas, que los mordían y hacían morir a muchos israelitas. (Números 21, 6)

  • No te conduzcas así con el Señor, tu Dios, pues nada hay más odioso y aborrecible a los ojos del Señor que lo que hacían éstos por sus dioses, llegando incluso a sacrificarles en el fuego a sus propios hijos. (Deuteronomio 12, 31)

  • Jefté se fue lejos de sus hermanos y se estableció en el país de Tob. Se juntó con él una pandilla de bandoleros, que hacían incursiones bajo su mando. (Jueces 11, 3)

  • lo metía en el perol, caldero, olla o puchero, y todo lo que sacaba con el tenedor era para el sacerdote. Así hacían con todos los israelitas que iban a Silo. (I Samuel 2, 14)

  • Elí era ya muy anciano. Se enteró de todo lo que hacían sus hijos a todo Israel y que se acostaban con las mujeres que estaban al servicio de la entrada de la tienda de la reunión, (I Samuel 2, 22)

  • Los jefes de los filisteos hacían incursiones, y en todas ellas David obtenía mayor éxito que todos los demás servidores de Saúl. Y así su nombre se hizo muy famoso. (I Samuel 18, 30)

  • David y sus gentes salían y hacían incursiones contra los guesuritas, los guirsitas y los amalecitas, pues éstos habitaban la región que va desde Telán, en dirección a Sur, hasta la tierra de Egipto. (I Samuel 27, 8)

  • Ellos, entonces, gritaban más fuerte, y según su costumbre, se hacían cortes con espadas y lanzas, hasta chorrear sangre por su cuerpo. (I Reyes 18, 28)

  • Como al empezar a residir allí no temían al Señor, el Señor les envió leones, que hacían estragos entre ellos. (II Reyes 17, 25)


“Você teme um homem,um pobre instrumento nas mãos de Deus, mas não teme a justiça divina?” São Padre Pio de Pietrelcina