Encontrados 20 resultados para: Escuchan

  • Esas gentes que vas a desposeer escuchan a hechiceros y adivinos; pero a ti nada de esto te permite el Señor, tu Dios. (Deuteronomio 18, 14)

  • ¡Dichosas tus gentes! ¡Dichosos tus servidores, que están siempre junto a ti y escuchan tu sabiduría! (I Reyes 10, 8)

  • ¡Dichosas tus mujeres!, ¡dichosos tus servidores, que están siempre junto a ti y escuchan tu sabiduría! (II Crónicas 9, 7)

  • Si escuchan y se someten, acaban sus días en ventura, y en delicias sus años. (Job 36, 11)

  • Si no escuchan, un golpe los abate y mueren sin contarlo. (Job 36, 12)

  • Los que escuchan sabias sentencias se hacen sabios, y derraman como lluvia proverbios oportunos. (Eclesiástico 18, 29)

  • Dichoso quien halla la prudencia y quien habla a oídos que le escuchan. (Eclesiástico 25, 9)

  • Tú eres para ellos como una canción de amor, graciosamente cantada con acompañamiento de instrumentos de cuerda. Escuchan tus palabras y no las ponen en práctica. (Ezequiel 33, 32)

  • Si no os reciben ni os escuchan, al salir de la casa o del pueblo sacudid el polvo de vuestros pies. (Mateo 10, 14)

  • Por esto les hablo en parábolas, porque miran y no ven, escuchan y no oyen ni entienden. (Mateo 13, 13)

  • y si no os reciben ni os escuchan, al salir de allí sacudid el polvo de vuestros pies en testimonio contra ellos". (Marcos 6, 11)

  • La semilla que cayó entre zarzas son los que la escuchan, pero luego se ahogan en las preocupaciones, riquezas y placeres de la vida, y no llegan a la madurez. (Lucas 8, 14)


“Pobres e desafortunadas as almas que se envolvem no turbilhão de preocupações deste mundo. Quanto mais amam o mundo, mais suas paixões crescem, mais queimam de desejos, mais se tornam incapazes de atingir seus objetivos. E vêm, então, as inquietações, as impaciências e terríveis sofrimentos profundos, pois seus corações não palpitam com a caridade e o amor. Rezemos por essas almas desafortunadas e miseráveis, para que Jesus, em Sua infinita misericórdia, possa perdoá-las e conduzi-las a Ele.” São Padre Pio de Pietrelcina