Encontrados 26 resultados para: Emboscada

  • En cambio, si un hombre que odia a su prójimo le prepara una emboscada, se arroja sobre él, le hiere mortalmente y luego se refugia en una de estas ciudades, (Deuteronomio 19, 11)

  • Tratarás a Ay y a su rey como trataste a Jericó y a su rey. Sólo tomaréis para vosotros el botín y el ganado. Tiende una emboscada contra la ciudad por detrás". (Josué 8, 2)

  • después de haberles dado esta orden: "¡Atención! Tenderéis una emboscada contra la ciudad, pero por detrás; no os alejéis mucho de la ciudad, y estad preparados. (Josué 8, 4)

  • Entonces vosotros saldréis de la emboscada para tomar la ciudad. El Señor, vuestro Dios, la pondrá en vuestras manos. (Josué 8, 7)

  • Josué los hizo partir. Ellos fueron al lugar de la emboscada y se apostaron entre Betel y Ay, al occidente de Ay. Josué pasó la noche en el campamento. (Josué 8, 9)

  • Josué tomó unos cinco mil hombres y los colocó en emboscada entre Betel y Ay, al poniente de la ciudad. (Josué 8, 12)

  • El pueblo estaba acampado al norte de la ciudad, y la emboscada al poniente. Josué pasó aquella noche en el campamento. (Josué 8, 13)

  • Cuando el rey de Ay vio la situación, salió a toda prisa a presentar batalla contra Israel, él y todo su pueblo, en la pendiente de frente a la Arabá; pero sin saber que le habían tendido una emboscada por detrás de la ciudad. (Josué 8, 14)

  • Cuando extendió el brazo, los hombres de la emboscada salieron rápidamente de su escondite, tomaron carrera y, entrando en la ciudad, se apoderaron de ella y se dieron prisa a prenderle fuego. (Josué 8, 19)

  • Josué y todo el pueblo, al ver que los de la emboscada habían tomado la ciudad y que le habían prendido fuego, se volvieron y atacaron a las gentes de Ay. (Josué 8, 21)

  • Por tanto, sal esta noche con tu gente y ponte en emboscada en el campo. (Jueces 9, 32)

  • Abimelec salió de noche con toda su gente, y se pusieron en emboscada frente a Siquén en cuatro bandos. (Jueces 9, 34)


“Pobres e desafortunadas as almas que se envolvem no turbilhão de preocupações deste mundo. Quanto mais amam o mundo, mais suas paixões crescem, mais queimam de desejos, mais se tornam incapazes de atingir seus objetivos. E vêm, então, as inquietações, as impaciências e terríveis sofrimentos profundos, pois seus corações não palpitam com a caridade e o amor. Rezemos por essas almas desafortunadas e miseráveis, para que Jesus, em Sua infinita misericórdia, possa perdoá-las e conduzi-las a Ele.” São Padre Pio de Pietrelcina