Encontrados 1827 resultados para: Den

  • El Señor habló a Moisés y Aarón y les dio órdenes para los israelitas y para el Faraón, rey de Egipto, a fin de sacar de Egipto a los israelitas. (Exodo 6, 13)

  • Tú dirás lo que yo te ordene, y Aarón, tu hermano, hablará al Faraón para que deje salir de su país a los israelitas. (Exodo 7, 2)

  • Moisés y Aarón fueron ante el Faraón e hicieron como el Señor les había ordenado. Aarón tiró su bastón delante del Faraón y de sus siervos, y se convirtió en serpiente. (Exodo 7, 10)

  • Moisés y Aarón hicieron como el Señor había ordenado; Aarón levantó el bastón, golpeó las aguas del río a la vista del Faraón y sus siervos, y las aguas se convirtieron en sangre. (Exodo 7, 20)

  • Moisés dijo al Faraón: "Dime cuándo he de rogar por ti, por tus servidores y por todo tu pueblo para que el Señor aleje de ti y de tu pueblo las ranas y se queden sólo en el río". (Exodo 8, 5)

  • Esta vez voy a desencadenar todas mis plagas contra ti y contra tus servidores y contra tu pueblo, para que sepas que no hay otro como yo en toda la tierra. (Exodo 9, 14)

  • Por tanto, ordena al pueblo que cada uno, hombre o mujer, pida a sus amigos y a sus amigas objetos de plata y oro". (Exodo 11, 2)

  • Los israelitas lo hicieron así, exactamente como el Señor había ordenado a Moisés y a Aarón. (Exodo 12, 50)

  • Lo guardaron hasta la mañana siguiente, como había ordenado Moisés, y no se estropeó ni se encontró en ello gusano alguno. (Exodo 16, 24)

  • La comunidad de los israelitas partió del desierto de Sin por etapas, según les ordenaba el Señor, y acamparon en Rafidín, donde el pueblo no encontró agua para beber. (Exodo 17, 1)

  • Josué hizo como le había ordenado Moisés, y luchó contra Amalec. Moisés, Aarón y Jur subieron a la cima de la colina. (Exodo 17, 10)

  • Si lo haces así, Dios te dará sus órdenes, tú podrás resistir, y todo este pueblo regresará en paz a su lugar". (Exodo 18, 23)


“Quando a videira se separa da estaca que a sustenta, cai, e ao ficar na terra apodrece com todos os cachos que possui. Alerta, portanto, o demônio não dorme!” São Padre Pio de Pietrelcina