Encontrados 1827 resultados para: Den

  • las vestiduras sagradas para Aarón y para sus hijos en orden a las funciones sacerdotales, (Exodo 31, 10)

  • Acuérdate de Abrahán, de Isaac y de Jacob, tus siervos, a quienes juraste por ti mismo diciendo: Yo multiplicaré vuestra descendencia como las estrellas del cielo y toda esta tierra, de que os he hablado, se la daré a vuestra descendencia en posesión perpetua". (Exodo 32, 13)

  • Los levitas cumplieron la orden de Moisés, y aquel día cayeron unos tres mil hombres del pueblo. (Exodo 32, 28)

  • Ahora anda, conduce al pueblo al lugar que te he ordenado. Mi ángel irá delante de ti. Pero en el día de mi visita los castigaré por su pecado". (Exodo 32, 34)

  • El Señor dijo a Moisés: "Anda, sube de aquí, tú y el pueblo que has sacado de Egipto, a la tierra que juré dar a Abrahán, Isaac y Jacob, diciendo: Se la daré a tu descendencia. (Exodo 33, 1)

  • Después se acercaron a él todos los israelitas, y Moisés les ordenó todo lo que le había dicho el Señor en la montaña del Sinaí. (Exodo 34, 32)

  • Cada vez que Moisés entraba en la presencia del Señor para hablar con él, se quitaba el velo hasta que salía y, una vez afuera, comunicaba a los israelitas todo lo que se le había ordenado. (Exodo 34, 34)

  • Moisés reunió a toda la asamblea de los israelitas y les dijo: "Éstas son las órdenes del Señor: (Exodo 35, 1)

  • Seis días se trabajará, pero el séptimo será para vosotros un día sagrado, el sábado, descanso absoluto en honor del Señor. Todo el que trabaje en ese día, será condenado a muerte. (Exodo 35, 2)

  • Moisés dijo a toda la asamblea de los israelitas: "Éstas son las órdenes del Señor: (Exodo 35, 4)

  • Que los hombres habilidosos acudan para ejecutar todo lo que el Señor ha ordenado: (Exodo 35, 10)

  • Vinieron hombres y mujeres. Todos los generosos de corazón trajeron arillos y pendientes, anillos y cadenillas, brazaletes y toda clase de objetos de oro. Cada uno presentó al Señor una ofrenda de oro. (Exodo 35, 22)


“O temor e a confiança devem dar as mãos e proceder como irmãos. Se nos damos conta de que temos muito temor devemos recorrer à confiança. Se confiamos excessivamente devemos ter um pouco de temor”. São Padre Pio de Pietrelcina