Encontrados 983 resultados para: David y Abner
A la vista de un ejército tan temible, oró así: "Bendito seas tú, oh Salvador de Israel, que quebrantaste la fortaleza de un gigante por medio de tu siervo David y entregaste el ejército de los filisteos a Jonatán, hijo de Saúl, y a su escudero. (I Macabeos 4, 30)
Cayeron cerca de quinientos hombres de los de Nicanor, y el resto huyó a la ciudad de David. (I Macabeos 7, 32)
A sus órdenes los judíos consiguieron expulsar a los paganos de los territorios ocupados, especialmente de la ciudad de David, Jerusalén, donde habían construido una ciudadela, de la que salían profanando los aledaños del templo e infligiendo graves ofensas a su santidad. (I Macabeos 14, 36)
Todo esto se lee también en los anales y en las memorias de Nehemías; además se dice que reunió una biblioteca y que puso en ella los libros de los reyes, los escritos de los profetas, los de David y las cartas de los reyes relativas a las ofrendas. (II Macabeos 2, 13)
Proverbios de Salomón, hijo de David, rey de Israel. (Proverbios 1, 1)
Palabras de Qohélet, hijo de David, rey de Jerusalén. (Eclesiastés 1, 1)
Como torre de David tu cuello, edificada como fortaleza; mil escudos de ella penden, todos los paveses de los héroes. (Cantar 4, 4)
También hizo Dios un pacto con David, hijo de Jesé, de la tribu de Judá. La sucesión real pasa sólo a uno de sus hijos, mientras que la herencia de Aarón pasa a toda su posteridad. (Eclesiástico 45, 25)
Después de él se levantó Natán para profetizar en los días de David. (Eclesiástico 47, 1)
Como se separa el sebo en el sacrificio de reconciliación, así fue David separado de los israelitas. (Eclesiástico 47, 2)
Pero el Señor no olvidará su promesa, ni borrará ninguna de sus palabras, ni negará la posteridad a su elegido, ni extirpará la descendencia del que fue su amado. Dio a Jacob un resto, y a David un renuevo salido de él. (Eclesiástico 47, 22)
Y quedó reducido al más pequeño de los pueblos, con un príncipe de la casa de David. Algunos de ellos obraron el bien; otros multiplicaron los pecados. (Eclesiástico 48, 16)