Encontrados 143 resultados para: Daniel en el foso de los leones

  • Sólo yo, Daniel, contemplé la visión: los hombres que se encontraban conmigo no veían nada, pero un gran terror los invadió y huyeron a esconderse. (Daniel 10, 7)

  • Y me dijo: "Daniel, hombre preferido por Dios, presta atención a las palabras que te voy a decir e incorpórate, pues ahora he sido enviado a ti". Al decirme esto, me incorporé temblando todavía. (Daniel 10, 11)

  • Él continuó: "No temas, Daniel, pues desde el primer día que tú, con el fin de comprender, decidiste hacer penitencia ante tu Dios, fueron escuchadas tus palabras y, debido a ellas, he venido yo. (Daniel 10, 12)

  • Tú, Daniel, mantén en secreto estas palabras y sella el libro hasta el tiempo prefijado. Muchos andarán perplejos, pero aumentará el saber. (Daniel 12, 4)

  • Yo, Daniel, seguía mirando y vi a otros dos que estaban de pie, uno a la orilla derecha del río y el otro a la orilla izquierda. (Daniel 12, 5)

  • Me respondió: "Anda, Daniel, que estas palabras han de quedar cerradas y selladas hasta el momento final. (Daniel 12, 9)

  • Cuando la llevaban para matarla, Dios suscitó el santo espíritu de un muchacho llamado Daniel, (Daniel 13, 45)

  • Entonces todo el pueblo volvió en seguida atrás. Los ancianos dijeron a Daniel: "Siéntate aquí en medio de nosotros y decláranos lo que piensas, ya que Dios te ha dado la madurez de la ancianidad". (Daniel 13, 50)

  • Daniel dijo: "Separadlos lejos el uno del otro, y yo los examinaré". (Daniel 13, 51)

  • Daniel replicó: "Tu mentira recae sobre tu cabeza; un ángel de Dios ha recibido ya de él la orden de partirte por medio". (Daniel 13, 55)

  • Daniel le dijo: "Tu mentira recae también sobre tu cabeza; ya está el ángel del Señor esperando, espada en mano, para partirte por medio y exterminaros". (Daniel 13, 59)

  • Se levantaron contra los dos viejos, a quienes, por su propia boca, había convencido Daniel de falso testimonio, e hicieron con ellos lo mismo que ellos habían maquinado pérfidamente contra el prójimo. (Daniel 13, 61)


“Para mim, Deus está sempre fixo na minha mente e estampado no meu coração.” São Padre Pio de Pietrelcina