Encontrados 213 resultados para: Cuerpo

  • Pero él hablaba del templo de su cuerpo. (Juan 2, 21)

  • José de Arimatea, que era discípulo de Jesús, aunque lo tenía en secreto por miedo a los judíos, pidió a Pilato que le dejara llevar el cuerpo de Jesús. Pilato se lo permitió. Fue y se llevó el cuerpo de Jesús. (Juan 19, 38)

  • Se llevaron el cuerpo de Jesús y lo envolvieron en lienzos con aromas, como acostumbraban los judíos a sepultar. (Juan 19, 40)

  • y vio a dos ángeles con vestiduras blancas, sentados uno a la cabecera y otro a los pies, donde había sido puesto el cuerpo de Jesús. (Juan 20, 12)

  • previó y anunció la resurrección del mesías cuando dijo que no sería abandonado en el abismo ni su cuerpo vería la corrupción. (Hechos 2, 31)

  • Por otra, también los hombres, dejando las relaciones naturales con la mujer, se entregaron a la homosexualidad, hombres con hombres, cometiendo acciones vergonzosas y recibiendo en su propio cuerpo el castigo merecido por su extravío. (Romanos 1, 27)

  • Su fe no decayó, aunque veía que su cuerpo estaba ya sin vigor al tener casi cien años, y que el seno de Sara estaba ya como muerto. (Romanos 4, 19)

  • Sabemos que nuestro hombre viejo ha sido crucificado con él para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que ya no seamos esclavos del pecado; (Romanos 6, 6)

  • Que el pecado no reine más en vuestro cuerpo mortal, y que no os obligue a obedecer a vuestras bajas pasiones. (Romanos 6, 12)

  • (os estoy hablando en lenguaje sencillo para que podáis entenderme). Porque lo mismo que antes entregasteis vuestro cuerpo al servicio de la inmoralidad y el desorden, para vivir desordenadamente, así ahora entregadlo al servicio de la justicia, para vivir consagrados a Dios. (Romanos 6, 19)

  • Pues cuando seguíamos nuestros bajos instintos, la ley avivaba nuestras pasiones pecaminosas, que producían en nuestro cuerpo frutos de muerte. (Romanos 7, 5)

  • pero veo en mi cuerpo una ley que lucha contra la ley de mi espíritu y me esclaviza a la ley del pecado que hay en mi cuerpo. (Romanos 7, 23)


“A natureza humana também quer a sua parte. Até Maria, Mãe de Jesus, que sabia que por meio de Sua morte a humanidade seria redimida, chorou e sofreu – e como sofreu!” São Padre Pio de Pietrelcina