Encontrados 29 resultados para: Cinturón

  • Se quitó el manto que vestía y se lo dio a David, y su propia armadura, así como su espada, su arco y su cinturón. (I Samuel 18, 4)

  • Joab le contestó: "Si lo has visto, ¿por qué no lo has matado y tirado al suelo? Yo te hubiera dado diez monedas de plata y un cinturón". (II Samuel 18, 11)

  • Ya sabes lo que me ha hecho Joab, hijo de Sarvia; lo que hizo a los dos jefes de los ejércitos de Israel, Abner, hijo de Ner, y Amasá, hijo de Yéter, que los asesinó, vengando en plena paz la sangre derramada en tiempo de guerra y salpicando de sangre inocente el cinturón que ciño y el calzado que llevo. (I Reyes 2, 5)

  • Y ved lo que sucederá: en lugar de perfume habrá podredumbre; en lugar de cinturón, una cuerda; en lugar de peinados, calvicie; en lugar de vestidos lujosos habrá un saco; en lugar de belleza, la marca de la infamia. (Isaías 3, 24)

  • La justicia será el ceñidor de su cintura; la lealtad, el cinturón de sus caderas. (Isaías 11, 5)

  • ¿Puede una joven olvidarse de sus joyas, una novia de su cinturón? Pues mi pueblo me ha olvidado a mí hace ya mucho tiempo. (Jeremías 2, 32)

  • El Señor me dijo: "Anda a comprarte un cinturón de lino y póntelo a la cintura; pero no lo metas en agua". (Jeremías 13, 1)

  • Yo compré un cinturón, como el Señor me había mandado y me lo puse a la cintura. (Jeremías 13, 2)

  • "Toma el cinturón que has comprado y que llevas a la cintura, levántate, vete al Éufrates y escóndelo allí en la grieta de una roca". (Jeremías 13, 4)

  • Bastantes días después, el Señor me dijo de nuevo: "Levántate y vete al Éufrates a buscar el cinturón que yo te mandé esconder en aquel lugar". (Jeremías 13, 6)

  • Fui al Éufrates, busqué y tomé el cinturón del lugar en donde lo había escondido; pero el cinturón estaba ya podrido y no servía para nada. (Jeremías 13, 7)

  • Este pueblo malvado, que no quiere escuchar mi palabra, que sigue el capricho de su duro corazón y va en pos de otros dioses para servirlos y postrarse ante ellos, quedará como ese cinturón, que ya no sirve para nada. (Jeremías 13, 10)


“De que vale perder-se em vãos temores?” São Padre Pio de Pietrelcina