Encontrados 57 resultados para: Cien

  • Después Judas nombró jefes del pueblo: de mil, de cien, de cincuenta y de diez. (I Macabeos 3, 55)

  • juntando un ejército de cien mil soldados de infantería, veinte mil de caballería y treinta y dos elefantes adiestrados para la guerra. (I Macabeos 6, 30)

  • Entonces el rey llamó en su ayuda a los judíos, que acudieron y se dispersaron después por la ciudad, matando aquel día cerca de cien mil. (I Macabeos 11, 47)

  • además de esto, prometía hacer escritura de otros cinco mil cien kilos si se le daba facultad para establecer un gimnasio y un centro juvenil y que los habitantes de Jerusalén tuvieran los mismos derechos que los antioquenos. (II Macabeos 4, 9)

  • Más impresión causa al inteligente un reproche que cien golpes al necio. (Proverbios 17, 10)

  • Un hombre que haya tenido cien hijos y haya vivido muchos años, si no se hartó de felicidad y no tuvo ni siquiera una sepultura, en este caso yo digo que el abortivo es más feliz que él. (Eclesiastés 6, 3)

  • porque el delincuente comete cien delitos, y no le hacen nada; con todo, yo también sé que llega la felicidad a los que temen a Dios, porque lo temen; (Eclesiastés 8, 12)

  • La duración de la vida del hombre, como mucho es de cien años; (Eclesiástico 18, 9)

  • Ésta es la ley que el Señor ha impuesto a todo viviente. ¿Por qué rebelarte contra la voluntad del altísimo? Que vivas diez, cien o mil años, en el abismo nadie pregunta por la duración de tu vida. (Eclesiástico 41, 4)

  • Ya no habrá allí recién nacido que viva sólo pocos días, ni anciano que no culmine sus años, sino que morir a los cien años será morir joven y no llegar a los cien años será señal de maldición. (Isaías 65, 20)

  • Las granadas que pendían eran noventa y seis. El total de las granadas diseminadas en la rejilla era de cien. (Jeremías 52, 23)

  • y por delante de las salas pasaba un corredor de cinco metros de ancho hacia el interior y cien codos de largo; sus puertas daban al norte. (Ezequiel 42, 4)


“Reflita no que escreve, pois o Senhor vai lhe pedir contas disso.” São Padre Pio de Pietrelcina