Encontrados 162 resultados para: Benjamín

  • El total de los que cayeron de Benjamín aquel día fue de veinticinco mil hombres, todos diestros en el manejo de la espada y hombres valientes. (Jueces 20, 46)

  • Los israelitas atacaron a los de Benjamín y los pasaron a espada, a los hombres, a los animales y a todo lo que encontraron. A todas las ciudades que encontraron les prendieron fuego. (Jueces 20, 48)

  • Los israelitas habían hecho este juramento en Mispá: "Ninguno de nosotros dará su hija a ninguno de Benjamín por mujer". (Jueces 21, 1)

  • Los israelitas se compadecieron de su hermano Benjamín. Y se decían: "Hoy ha sido cortada de Israel una tribu. (Jueces 21, 6)

  • Toda la asamblea envió mensajeros a los de Benjamín, que estaban en la roca de Rimón, para ofrecerles la paz. (Jueces 21, 13)

  • Los de Benjamín regresaron, y los israelitas les dieron por mujeres las que habían quedado con vida en Yabés de Galaad; pero no había bastantes para todos. (Jueces 21, 14)

  • El pueblo se compadeció de Benjamín, porque el Señor había abierto una brecha en las tribus de Israel. (Jueces 21, 15)

  • Los ancianos de la comunidad se preguntaron: "¿Qué haremos para procurar mujeres a los que faltan, pues las mujeres de Benjamín fueron exterminadas?". (Jueces 21, 16)

  • Y añadieron: "¿Cómo conservar un resto de Benjamín para que no desaparezca una tribu de Israel? (Jueces 21, 17)

  • Porque nosotros no podemos darles por mujeres a nuestras hijas, ya que los israelitas hicieron este juramento: Maldito quien dé mujer a Benjamín". (Jueces 21, 18)

  • Y mandaron decir a los de Benjamín: "Id y poneos en emboscada en las viñas. (Jueces 21, 20)

  • Los de Benjamín lo hicieron así y tomaron de entre las que bailaban una cada uno. Después volvieron cada uno a su heredad, edificaron las ciudades y se establecieron en ellas. (Jueces 21, 23)


“Menosprezai vossas tentações e não vos demoreis nelas. Imaginai estar na presença de Jesus. O crucificado se lança em vossos braços e mora no vosso coração. Beijai-Lhe a chaga do lado, dizendo: ‘Aqui está minha esperança; a fonte viva da minha felicidade. Seguro-vos, ó Jesus, e não me aparto de vós, até que me tenhais posto a salvo’”. São Padre Pio de Pietrelcina