Encontrados 225 resultados para: Aunque

  • aunque los malvados me tiendan una trampa, yo no me desvío de tus preceptos; (Salmos 119, 110)

  • Aunque soy poca cosa y despreciable, no olvido tus preceptos. (Salmos 119, 141)

  • De nada os sirve levantaros pronto, acostaros tarde y comer el pan ganado con sudores, cuando Dios se lo da a sus amigos aunque duerman. (Salmos 127, 2)

  • Aunque es excelso, el Señor se fija en el humilde, pero conoce desde lejos al soberbio. (Salmos 138, 6)

  • Matatías les respondió en voz bien alta: "Aunque todas las naciones que constituyen el imperio siguieran al rey, abandonando la religión de sus padres y obedeciendo sus órdenes, (I Macabeos 2, 19)

  • que Lisias, aunque había ido con un ejército poderosísimo, tuvo que huir ante los judíos, que se habían fortalecido con las armas y abundante botín apresados a los ejércitos vencidos; (I Macabeos 6, 6)

  • Aunque Simón comprendió que Trifón trataba de engañarlo, ordenó que le mandaran el dinero y los dos hijos, para no suscitar la animosidad del pueblo, que podría decir: (I Macabeos 13, 17)

  • Por esto, también el templo ha participado de las desgracias del pueblo, así como después estuvo asociado a sus beneficios; y aunque fuera abandonado a la ira del omnipotente, fue exaltado de nuevo gloriosamente en la reconciliación del gran Dios. (II Macabeos 5, 20)

  • Pues, aunque pudiera escapar de las manos de los hombres, ni vivo ni muerto podría escapar de las manos de Dios omnipotente. (II Macabeos 6, 26)

  • Él entonces, mirando al rey, dijo: "Tú, aunque eres mortal, tienes autoridad entre los hombres y haces lo que quieres. Pero no pienses que nuestra nación ha sido abandonada de Dios; (II Macabeos 7, 16)

  • no le bastarán compensaciones y no querrá nada aunque multipliques los dones. (Proverbios 6, 35)

  • No ahorres a tu hijo la corrección; aunque le castigues con la vara, no morirá. (Proverbios 23, 13)


“Se precisamos ter paciência para suportar os defeitos dos outros, quanto mais ainda precisamos para tolerar nossos próprios defeitos!” São Padre Pio de Pietrelcina