Encontrados 21 resultados para: Asirios

  • Se reunió una gran muchedumbre y cegaron todas las fuentes, así como el canal subterráneo, para que cuando llegaran los asirios no encontraran agua en abundancia. (II Crónicas 32, 4)

  • Cautivo de los asirios, llegué a Nínive. Mis hermanos y compatriotas comían el alimento de los paganos; (Tobías 1, 10)

  • Entonces Ajicar intercedió por mí y pude volver a Nínive. Ajicar había sido el jefe de los coperos, custodio del sello real, administrador y contador con Senaquerib, rey de los asirios, y Asaradón le confirmó en sus cargos. Era mi sobrino. (Tobías 1, 22)

  • Antes de morir conoció la ruina de Nínive. Vio a los cautivos llevados a Media por el rey Ciaxares. Alabó a Dios por todo lo que había hecho con los ninivitas y asirios. Pudo también alegrarse de la suerte de Nínive y bendijo a Dios por los siglos de los siglos. (Tobías 14, 15)

  • Les comunicó lo de la asamblea de Holofernes, lo que había dicho ante los jefes asirios y la grandilocuencia de Holofernes contra Israel. (Judit 6, 17)

  • Salió al campamento de los amonitas, y con ellos cinco mil asirios; llegaron al valle y ocuparon las aguas y las fuentes de los israelitas. (Judit 7, 17)

  • "Juzgue Dios entre vosotros y nosotros. Cometéis una gran injusticia al no negociar la paz con los asirios. (Judit 7, 24)

  • Judit se enteró de las duras palabras que el pueblo había dicho contra el jefe por la falta de agua. Supo también lo que había dicho Ozías y cómo había jurado entregar la ciudad a los asirios después de cinco días. (Judit 8, 9)

  • Los asirios se han crecido con su poder, se han enorgullecido de sus caballos y jinetes, se han jactado de la fortaleza de su infantería, confían en la espada y en la jabalina, en el arco y en la honda, pero no quieren reconocer que tú eres el Señor que decide las guerras. (Judit 9, 7)

  • Ambas caminaban aprisa a través del valle, cuando les salieron al paso centinelas asirios, (Judit 10, 11)

  • Cuando amanezca y el sol haya salido, tomad vuestras armas, y que los más fuertes salgan de la ciudad con un jefe a la cabeza, como si quisieran bajar a la llanura contra las avanzadillas de los asirios, pero que no bajen. (Judit 14, 2)

  • Los asirios, al verlos, se lo comunicaron a sus oficiales, los cuales a su vez informaron a los generales, a los capitanes y a todos los jefes. (Judit 14, 12)


“As almas não são oferecidas como dom; compram-se. Vós ignorais quanto custaram a Jesus. É sempre com a mesma moeda que é preciso pagá-las”. São Padre Pio de Pietrelcina