Encontrados 2874 resultados para: Asa

  • No quiero que olvidéis que nuestros antepasados estuvieron todos bajo la nube, todos atravesaron el mar (I Corintios 10, 1)

  • Porque cada cual se adelanta a comer su propia cena; y mientras uno pasa hambre, otro se emborracha. (I Corintios 11, 21)

  • ¿Es que no tenéis vuestra casa para comer y beber? ¿O es que despreciáis a la Iglesia de Dios y queréis dejar en vergüenza a los que no tienen? ¿Qué os voy a decir? ¿He de felicitaros? En esto no os puedo felicitar. (I Corintios 11, 22)

  • Y si alguno tiene hambre, que coma en su casa, y que en vuestras reuniones no haya motivo alguno para castigaros. Lo demás lo arreglaré a mi llegada. (I Corintios 11, 34)

  • Y si no hay intérprete, que se guarde silencio en la asamblea, y que hablen consigo mismo y con Dios. (I Corintios 14, 28)

  • Y si quieren aprender algo, que pregunten en casa a sus maridos, pues no está bien que la mujer hable en la asamblea. (I Corintios 14, 35)

  • Eso mismo pasa con la resurrección de los muertos. Se siembra algo corruptible, y resucita incorruptible. (I Corintios 15, 42)

  • Llegaré allí después de visitar Macedonia, pues quiero pasar por Macedonia. (I Corintios 16, 5)

  • Ahora no quiero ir de pasada; espero permanecer algún tiempo con vosotros, si Dios quiere. (I Corintios 16, 7)

  • Os saludan las iglesias de Asia. Os mandan muchos saludos Áquila y Prisca, con la iglesia que se reúne en su casa. (I Corintios 16, 19)

  • Si tenemos que sufrir, es para vuestro consuelo y salvación. Si somos consolados, es para que vosotros también lo seáis y tengáis ánimos para soportar con paciencia los sufrimientos que nosotros pasamos. (II Corintios 1, 6)

  • ir a Macedonia pasando por Corinto, y de Macedonia volver a Corinto para que vosotros me ayudéis a proseguir mi viaje a Judea. (II Corintios 1, 16)


“Resigna-te a ser neste momento uma pequena abelha. E enquanto esperas ser uma grande abelha, ágil, hábil, capaz de fabricar bom mel, humilha-te com muito amor perante Deus e os homens, pois Deus fala aos que se mantêm diante dele humildemente”. São Padre Pio de Pietrelcina