Encontrados 366 resultados para: Altar

  • Hará el rito de absolución por el santuario, la tienda de la reunión, el altar, los sacerdotes y toda la comunidad de Israel. (Levítico 16, 33)

  • El sacerdote derramará la sangre sobre el altar del Señor a la entrada de la tienda de la reunión y quemará las grasas en perfume agradable al Señor. (Levítico 17, 6)

  • porque la sangre es la vida de la carne, y yo os he dado la sangre para que hagáis sobre el altar el rito de absolución por vuestras vidas, pues la sangre es la que paga el rescate por la vida. (Levítico 17, 11)

  • pero no podrá pasar detrás del velo ni acercarse al altar, pues tiene un defecto y no debe profanar mi santuario: yo, el Señor, que los santifico". (Levítico 21, 23)

  • Nunca ofreceréis al Señor animal ciego, cojo o mutilado, ulcerado, sarnoso o herpético, como ofrendas para ser quemadas sobre el altar en honor del Señor. (Levítico 22, 22)

  • de las cortinas del atrio, de la portezuela de entrada al atrio, que rodea la morada y el altar, y de las cuerdas necesarias para todo el servicio. (Números 3, 26)

  • Extenderán una tela morada sobre el altar de oro y, después de recubrirlo todo con pieles de tejón, le pondrán las barras. (Números 4, 11)

  • Quitarán las cenizas del altar y lo recubrirán con un paño de púrpura escarlata, (Números 4, 13)

  • sobre el que pondrán todos los utensilios de su servicio; los braseros, los tenedores, las paletas y las bandejas, todos los utensilios del altar, y lo cubrirán con pieles de tejón y le pondrán las barras. (Números 4, 14)

  • las cortinas del atrio, la portezuela de entrada del atrio que rodea la tienda y el altar, las cuerdas y todos los accesorios necesarios para su servicio. Y harán con ellos todo lo que sea necesario. (Números 4, 26)

  • Tomará después de mano de la mujer la ofrenda de celos, la presentará al Señor y la depositará sobre el altar; (Números 5, 25)

  • tomará de ella un puñado, como memorial, y lo quemará sobre el altar. Hará beber luego el agua a la mujer. (Números 5, 26)


“É doce o viver e o penar para trazer benefícios aos irmãos e para tantas almas que, vertiginosamente, desejam se justificar no mal, a despeito do Bem Supremo.” São Padre Pio de Pietrelcina