Encontrados 180 resultados para: Alma

  • María dijo: "Mi alma glorifica al Señor (Lucas 1, 46)

  • Él le contestó: "Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y con toda tu mente, y a tu prójimo como a ti mismo". (Lucas 10, 27)

  • Todos los creyentes tenían un solo corazón y una sola alma, y nadie llamaba propia cosa alguna de cuantas poseían, sino que tenían en común todas las cosas. (Hechos 4, 32)

  • La mujer no casada y la joven soltera se preocupan de las cosas del Señor, y se consagran a él en cuerpo y alma. Pero la que está casada se preocupa de las cosas del mundo y de cómo agradar a su marido. (I Corintios 7, 34)

  • Os pido sobre todo que viváis una vida digna del evangelio de Cristo para que, sea que vaya y lo vea, sea que ausente lo oiga, perseveréis firmes en un mismo espíritu, luchando con una sola alma por la fe del evangelio, (Filipenses 1, 27)

  • llenadme de gozo teniendo todos un mismo pensar, un mismo amor, una sola alma y unos mismos sentimientos. (Filipenses 2, 2)

  • Que el Dios de la paz os santifique plenamente, y que todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea conservado irreprochablemente para la venida de nuestro Señor Jesucristo. (I Tesalonicenses 5, 23)

  • Pues la palabra de Dios es viva y eficaz y más aguda que espada de dos filos; ella penetra hasta la división del alma y del espíritu, de las articulaciones y de la médula, y es capaz de juzgar los sentimientos y los pensamientos. (Hebreos 4, 12)

  • De la misma manera que el cuerpo sin el alma está muerto, así la fe sin las obras está muerta. (Santiago 2, 26)

  • acercaos a Dios, y se acercará a vosotros; lavaos las manos, pecadores, purificad vuestros corazones, gentes de alma doble, y reconoced vuestra miseria; llorad y clamad; (Santiago 4, 8)

  • sino el interior que radica en la integridad de un alma dulce y apacible; eso es lo que tiene valor ante Dios. (I Pedro 3, 4)

  • ya que, viéndose obligado a habitar en medio de ellos, este justo sentía torturada su alma inocente día tras día a causa de las obras perversas que veía y oía...). (II Pedro 2, 8)


“Tenhamos sempre horror ao pecado mortal e nunca deixemos de caminhar na estrada da santa eternidade.” São Padre Pio de Pietrelcina