Encontrados 30 resultados para: Aliento

  • Se me apaga el aliento y dentro el corazón se me consume. (Salmos 143, 4)

  • Date prisa, Señor, respóndeme, que me falta el aliento; no me escondas tu rostro, como a los que bajan a la tumba. (Salmos 143, 7)

  • exhalan el aliento y retornan al polvo, y ese día se malogran todos sus proyectos. (Salmos 146, 4)

  • Llegaron rápidamente algunos de los de Heliodoro, y suplicaban a Onías que rogara al altísimo para que concediera la vida a aquel que se encontraba en su último aliento. (II Macabeos 3, 31)

  • Porque la suerte de los hombres y la suerte de las bestias es la misma; la muerte del uno es como la del otro; ambos tienen un mismo aliento; y la superioridad del hombre sobre la bestia es nula, porque todo es vanidad. (Eclesiastés 3, 19)

  • Quién sabe si el aliento del hombre sube arriba y el de las bestias desciende bajo la tierra? (Eclesiastés 3, 21)

  • Me digo: "Voy a subir a la palmera; tomaré sus racimos. ¡Séanme tus pechos como racimos de uvas, y tu aliento como perfume de manzanas! (Cantar 7, 9)

  • o ferocísimas bestias desconocidas, a tal propósito creadas, que respirasen aliento inflamado, lanzando rugidos humeantes, o que relampagueasen centellas aterradoras por sus ojos; (Sabiduría 11, 18)

  • Y aun sin esto podían ser derribados de un soplo, perseguidos por la justicia y barridos por tu aliento poderoso. Pero tú lo has regulado todo con número, con peso y con medida. (Sabiduría 11, 20)

  • Mientras vivas y haya en ti aliento, no te dejes dominar por nadie. (Eclesiástico 33, 21)

  • Esto dice el Señor, Dios, el que creó los cielos y los desplegó, el que asentó la tierra y sus productos, el que da aliento al pueblo que la habita y soplo a los seres que se mueven en ella: (Isaías 42, 5)

  • Todo hombre entonces se siente torpe y perplejo; todo orfebre se avergüenza de su ídolo, porque sus estatuas son una mentira y les falta el aliento. (Jeremías 10, 14)


“Todas as pessoas que escolhem a melhor parte (viver em Cristo) devem passar pelas dores de Cristo; algumas mais, algumas menos…” São Padre Pio de Pietrelcina