Encontrados 200 resultados para: árbol bueno

  • Os traeremos agua, os lavaréis los pies y reposaréis a la sombra de este árbol. (Génesis 18, 4)

  • Tomó después manteca y leche y el becerro ya aderezado, y se lo presentó a ellos. Él se quedó de pie junto a ellos, bajo el árbol, mientras comían. (Génesis 18, 8)

  • Acuérdate de mí cuando te llegue ese día; sé bueno conmigo y háblale al Faraón de mí para que me saque de esta cárcel. (Génesis 40, 14)

  • Cuando se acercaba ya para Jacob el día de su muerte, mandó llamar a su hijo José y le dijo: "Si he hallado gracia a tus ojos, pon tu mano debajo de mi muslo en señal de juramento, y prométeme que serás bueno y fiel conmigo; no me entierres en Egipto. (Génesis 47, 29)

  • Vio que el reposo era bueno y la tierra agradable; inclinará su hombro a la carga y será sujeto a tributo. (Génesis 49, 15)

  • que cubrirá la faz de la tierra y devorará lo que quedó salvo del granizo. Devorará todo árbol que crece en vuestros campos. (Exodo 10, 5)

  • si uno hace a la ligera un juramento de hacer algo bueno o malo -uno de esos juramentos que se hacen sin pensar-, al darse cuenta será culpable; (Levítico 5, 4)

  • A partir del quinto año podréis comer los frutos. Así el árbol os dará más. Yo, el Señor, vuestro Dios. (Levítico 19, 25)

  • no se podrá cambiar o reemplazar ni uno bueno por uno malo ni uno malo por otro bueno; si un animal es cambiado por otro, los dos se hacen sagrados. (Levítico 27, 10)

  • que hará la estimación, según sea bueno o malo; habrá que atenerse a la estimación del sacerdote; (Levítico 27, 12)

  • No se escogerá entre lo bueno o lo malo, ni se podrá cambiar uno por otro; si se cambia, tanto el primer animal como el animal dado a cambio quedarán consagrados sin posibilidad de rescate". (Levítico 27, 33)

  • Haz lo que es justo y bueno a los ojos del Señor, para que seas dichoso y entres a tomar posesión de la hermosa tierra que el Señor prometió con juramento a tus padres, (Deuteronomio 6, 18)


“Meu Deus, perdoa-me. Nunca Te ofereci nada na minha vida e, agora, por este pouco que estou sofrendo, em comparação a tudo o que Tu sofreste na Cruz, eu reclamo injustamente!” São Padre Pio de Pietrelcina