Encontrados 87 resultados para: �Habla

  • Habla, joven, si fuere necesario; pero a lo sumo dos veces, y si se te pregunta. (Eclesiástico 32, 7)

  • En medio de los grandes no trates de igualarte a ellos, cuando habla otro sé sobrio en palabras. (Eclesiástico 32, 9)

  • ¿Cómo va a llegar a sabio el que sostiene el arado y se gloría de blandir la aguijada, el que conduce los bueyes, se ocupa en estos trabajos y sólo habla de novillos? (Eclesiástico 38, 25)

  • Escuchad, cielos; presta, tierra, oído, porque habla el Señor: He alimentado, he hecho crecer hijos, y ellos se han sublevado contra mí. (Isaías 1, 2)

  • Por eso el Señor no tendrá compasión de sus jóvenes, no se apiadará de sus viudas ni de sus huérfanos; porque todos son malvados y perversos y toda boca habla locuras. Y con todo no ha amainado su cólera; su brazo aún está extendido. (Isaías 9, 16)

  • Avergüénzate, Sidón, pues así habla el mar: No; no he estado de parto, ni he parido, ni he criado jóvenes, ni he nutrido doncellas. (Isaías 23, 4)

  • Por eso el Señor les habla así: Orden sobre orden, regla sobre regla, ora por aquí, ora por allá; para que cuando anden, se caigan de espaldas, se fracturen huesos, y queden atrapados en el lazo y presos. (Isaías 28, 13)

  • Pues el necio necedades habla, y su corazón medita iniquidad para cometer perversidades y hablar mal del Señor, para dejar vacío el vientre del hambriento y privar al sediento de bebida. (Isaías 32, 6)

  • El que camina en la justicia y habla rectamente, el que rechaza una ganancia arrancada a la fuerza, el que sacude su mano para no aceptar soborno, tapa sus oídos para no oír intrigas de sangre y cierra sus ojos para no ver el mal: (Isaías 33, 15)

  • Eliaquín, Sebná y Yoaj respondieron al general: "Habla, por favor, en arameo a tus siervos, porque nosotros lo entendemos; no nos hables en judío a oídos del pueblo que está tras la muralla". (Isaías 36, 11)

  • Ninguno acusa con justicia, nadie litiga con honradez; se confía en la nada, se habla falsedad, maldad se concibe y se engendra desgracia. (Isaías 59, 4)

  • Porque así habla el Señor a la gente de Judá y de Jerusalén: "Labrad un campo nuevo, no sembréis entre espinas. (Jeremías 4, 3)


“Onde não há obediência, não há virtude. Onde não há virtude, não há bem, não há amor; e onde não há amor, não há Deus; e sem Deus não se chega ao Paraíso. Tudo isso é como uma escada: se faltar um degrau, caímos”. São Padre Pio de Pietrelcina