Encontrados 1103 resultados para: tal

  • para labrar piedras de engaste, tallar la madera y ejecutar cualquier otra labor. (Exodo 31, 5)

  • las vestiduras de ceremonia, las vestiduras sagradas del sacerdote Aarón, y las vestiduras de sus hijos para las funciones sacerdotales: (Exodo 31, 10)

  • los ornamentos de ceremonia para oficiar en el Santuario; las vestiduras sagradas para el sacerdote Aarón y las vestiduras de sus hijos para sus funciones sacerdotales.» (Exodo 35, 19)

  • para labrar piedras de engaste, tallar la madera y ejecutar cualquier otra labor de artesanía; (Exodo 35, 33)

  • Les ha llenado de habilidad para toda clase de labores en talla y bordado, en recamado de púrpura violeta y escarlata, de carmesí y lino fino, y en labores de tejidos. Son capaces de ejecutar toda clase de trabajos y de idear proyectos.» (Exodo 35, 35)

  • Hizo el travesaño central de tal suerte que pasase a media altura de los tableros, de un extremo al otro. (Exodo 36, 33)

  • Hizo el candelabro de oro puro. Hizo el candelabro de oro macizo, su pie y su tallo. Sus cálices - corolas y flores - formaban con él un cuerpo. (Exodo 37, 17)

  • Empleó un talento de oro puro para el candelabro y todos sus utensilios. (Exodo 37, 24)

  • En el lado occidental había un cortinaje de cincuenta codos. Sus postes eran diez, y diez sus basas; los ganchos de los postes y sus varillas eran de plata. (Exodo 38, 12)

  • El total del oro empleado en el trabajo, en todo el trabajo del Santuario, es decir, el oro de la ofrenda reservada, fue de veintinueve talentos y 730 siclos, en siclos del Santuario; (Exodo 38, 24)

  • la plata de los incluidos en el censo de la comunidad, cien talentos y 1.775 siclos, en siclos del Santuario: (Exodo 38, 25)

  • Los cien talentos de plata se emplearon en fundir las basas del Santuario y las basas del velo; cien basas correspondientes a los cien talentos, un talento por basa. (Exodo 38, 27)


“É doce o viver e o penar para trazer benefícios aos irmãos e para tantas almas que, vertiginosamente, desejam se justificar no mal, a despeito do Bem Supremo.” São Padre Pio de Pietrelcina