Encontrados 450 resultados para: siempre

  • Pero el que todo lo sabe la conoce, con su inteligencia la escrutó, el que dispuso la tierra para siempre y la llenó de animales cuadrúpedos, (Baruc 3, 32)

  • Os despedí con duelo y lágrimas, pero Dios os devolverá a mí entre contento y regocijo para siempre. (Baruc 4, 23)

  • Jerusalén, quítate tu ropa de duelo y aflición, y vístete para siempre el esplendor de la gloria que viene de Dios. (Baruc 5, 1)

  • Pues tu nombre se llamará de parte de Dios para siempre: «Paz de la Justicia» y «Gloria de la Piedad». (Baruc 5, 4)

  • Los mercaderes de los pueblos silban sobre ti, porque te has convertido en objeto de espanto, y has desaparecido para siempre.» (Ezequiel 27, 36)

  • Todos los pueblos que te conocían están pasmados por ti. Eres un objeto de espanto, y has desaparecido para siempre. (Ezequiel 28, 19)

  • Habitarán en la tierra que yo di a mi siervo Jacob, donde habitaron vuestros padres. Allí habitarán ellos, sus hijos y los hijos de sus hijos, para siempre, y mi siervo David será su príncipe eternamente. (Ezequiel 37, 25)

  • Concluiré con ellos una alianza de paz, que será para ellos una alianza eterna. Los estableceré, los multiplicaré y pondré mi santuario en medio de ellos para siempre. (Ezequiel 37, 26)

  • Y sabrán las naciones que yo soy Yahveh, que santifico a Israel, cuando mi santuario esté en medio de ellos para siempre. (Ezequiel 37, 28)

  • Me dijo: Hijo de hombre, este es el lugar de mi trono, el lugar donde se posa la planta de mis pies. Aquí habitaré en medio de los hijos de Israel para siempre; y la casa de Israel, así como sus reyes, no contaminarán más mi santo nombre con sus prostituciones y con los cadáveres de sus reyes, (Ezequiel 43, 7)

  • De ahora en adelante alejarán de mí sus prostituciones y los cadáveres de sus reyes, y yo habitaré en medio de ellos para siempre. (Ezequiel 43, 9)

  • Ofrecerás además cada mañana, como oblación, un sexto de medida, y de aceite, un tercio de sextario, para amasar la flor de harina. Esto es la oblación a Yahveh, decreto eterno, fijo para siempre. (Ezequiel 46, 14)


“Mantenha-se sempre muito unido à Igreja Católica, pois somente ela pode lhe dar a verdadeira paz, porque somente ela possui Jesus Sacramentado que é o verdadeiro príncipe da paz.” São Padre Pio de Pietrelcina