Encontrados 1821 resultados para: señor

  • Joab respondió al rey: «Que Yahveh tu Dios multiplique el pueblo cien veces más de lo que es y que los ojos de mi señor el rey lo vean. Mas ¿para qué quiere esto mi señor el rey?» (II Samuel 24, 3)

  • Y dijo Arauná: «¿Cómo mi señor el rey viene a su siervo?» David respondió: «Vengo a comprarte la era para levantar un altar a Yahveh y detener la plaga del pueblo.» (II Samuel 24, 21)

  • Arauná dijo a David: «Que el rey mi señor tome y ofrezca lo que bien le parezca. Mira los bueyes para el holocausto, los trillos y los yugos de los bueyes para leña. (II Samuel 24, 22)

  • El siervo de mi señor el rey da todo esto al rey.» Y Arauná dijo al rey: «Que Yahveh tu Dios te sea propicio.» (II Samuel 24, 23)

  • Sus servidores le dijeron: «Que se busque para mi señor el rey una joven virgen que sirva al rey, y le atienda; que duerma en tu seno y dé calor a mi señor el rey.» (I Reyes 1, 2)

  • Dijo Natán a Betsabé, madre de Salomón: «¿No has oído que Adonías, hijo de Jagguit, se hace el rey sin saberlo David nuestro señor? (I Reyes 1, 11)

  • Vete y entra donde el rey David y dile: "Acaso tú, rey mi señor, no has jurado a tu sierva: Salomón tu hijo reinará después de mí y él se sentará en mi trono? ¿Pues por qué Adonías se hace el rey?" (I Reyes 1, 13)

  • Ella le dijo: «Mi señor, tú has jurado a tu sierva por Yahveh tu Dios: "Salomón tu hijo reinará después de mí y él se sentará en mi trono." (I Reyes 1, 17)

  • Pero ahora es Adonías el que se hace el rey, sin que tú, mi señor el rey, lo sepas. (I Reyes 1, 18)

  • Ahora, mi señor el rey, los ojos de todo Israel te miran para que les indiques quién ha de sentarse en el trono de mi señor el rey, después de él. (I Reyes 1, 20)

  • Y ocurrirá que, cuando mi señor el rey se acueste con sus padres, yo y mi hijo Salomón seremos tratados como culpables.» (I Reyes 1, 21)

  • Dijo Natán: «Rey mi señor: ¿es que tú has dicho: "Adonías reinará después de mí y él será el que se siente sobre mi trono?" (I Reyes 1, 24)


“Se você fala das próprias virtudes para se exibir ou para vã ostentação perde todo o mérito.” São Padre Pio de Pietrelcina