Encontrados 48 resultados para: salía
Ozías tenía un ejército que hacía la guerra; salía a campaña por grupos, conforme al número de su censo hecho bajo la vigilancia de Yeiel el escriba, y Maaseías el notario, a las órdenes de Jananías, uno de los jefes del rey. (II Crónicas 26, 11)
Si yo salía a la puerta que domina la ciudad y mi asiento en la plaza colocaba, (Job 29, 7)
¿Quién encerró el mar con doble puerta, cuando del seno materno salía borbotando; (Job 38, 8)
Pero Jerusalén estaba despoblada como un desierto, ninguno de sus hijos entraba ni salía; conculcado el santuario, hijos de extraños en la Ciudadela, convertida en albergue de gentiles. Había desaparecido la alegría de Jacob, la flauta y la lira habían enmudecido. (I Macabeos 3, 45)
Salió, pues, para Siria en son de paz y la gente de las ciudades le abría las puertas y salía a su encuentro, ya que tenían orden del rey Alejandro de salir a recibirle por ser suegro suyo. (I Macabeos 11, 2)
De las casas salía en tropel la gente a una rogativa pública porque el lugar estaba a punto de caer en oprobio. (II Macabeos 3, 18)
¡Que glorioso era, rodeado de su pueblo, cuando salía de la casa del velo! (Eclesiástico 50, 5)
Jeremías salía de Jerusalén para ir a tierra de Benjamín a asistir a un reparto en el pueblo. (Jeremías 37, 12)
Miré y vi que estaban recubiertos de nervios, la carne salía y la piel se extendía por encima, pero no había espíritu en ellos. (Ezequiel 37, 8)
Me llevó a la entrada de la Casa, y he aquí que debajo del umnbral de la Casa salía agua, en dirección a oriente, porque la fachada de la Casa miraba hacia oriente. El agua bajaba de debajo del lado derecho de la Casa, al sur del altar. (Ezequiel 47, 1)
Jonás se levantó para huir a Tarsis, lejos de Yahveh, y bajó a Joppe, donde encontró un barco que salía para Tarsis: pagó su pasaje y se embarcó para ir con ellos a Tarsis, lejos de Yahveh. (Jonás 1, 3)
Porque hasta estos días no había paga para los hombres ni paga para el ganado; paz ninguna había, a causa del enemigo, para el que salía y entraba, y yo había dado rienda suelta a todos los hombres unos contra otros. (Zacarías 8, 10)