Encontrados 48 resultados para: salía

  • Doblaba luego por el norte, salía en En Semes y salía hacia el círculo de piedras que hay frente a la subida de Adummim; bajaba a la Peña de Boján, hijo de Rubén; (Josué 18, 17)

  • Los espías vieron a un hombre que salía de la ciudad y le dijeron: «Indícanos la entrada de la ciudad y te lo agradeceremos.» (Jueces 1, 24)

  • que tomó su tropa, la repartió en tres grupos y tendió una emboscada en el campo. Cuando vio que la gente salía de la ciudad, cayó sobre ellos y los derrotó. (Jueces 9, 43)

  • Cuando Jefté volvió a Mispá, a su casa, he aquí que su hija salía a su encuentro bailando al son de las panderetas. Era su única hija; fuera de ella no tenía ni hijo ni hija. (Jueces 11, 34)

  • Subieron, pues, a la ciudad. Entraban ellos por la puerta, cuando Samuel salía en dirección a ellos para subir al alto. (I Samuel 9, 14)

  • Se levantó David de madrugada, dejó el rebaño al guarda y, tomado las cosas, se fue como le había mandado Jesé, y llegó al círculo del campamento justo cuando salía el ejército para ordenarse en batalla, lanzando el grito de guerra. (I Samuel 17, 20)

  • salía tras él, le golpeaba y se la arrancaba de sus fauces, y si se revolvía contra mí, lo sujetaba por la quijada y lo golpeaba hasta matarlo. (I Samuel 17, 35)

  • y le alejó Saúl de junto a sí, nombrándole jefe de mil y entraba y salía a la cabeza de la tropa. (I Samuel 18, 13)

  • Todo Israel y Judá quería a David, pues salía y entraba a la cabeza de ellos. (I Samuel 18, 16)

  • y dijo al rey: «No me impute culpa mi señor y no recuerdes el mal que tu siervo hizo el día en que mi señor el rey salía de Jerusalén; que no lo guarde el rey en su corazón, (II Samuel 19, 20)

  • Partió de allí y encontró a Yonadab, hijo de Rekab, que le salía al encuentro; le saludó y le dijo: «¿Es tu corazón tan recto como el mío para el tuyo?» Respondió Yonadab: «Lo es.» «Si lo es, dame tu mano.» Yonadab le dio la mano, y él le hizo subir a su carro. (II Reyes 10, 15)

  • «Pero ahora, mira que los ammonitas y moabitas y los del monte Seír, a donde no dejaste entrar a Israel cuando salía de la tierra de Egipto, por lo cual Israel se apartó de ellos sin destruirlos, (II Crónicas 20, 10)


“Imitemos o coração de Jesus, especialmente na dor, e assim nos conformaremos cada vez mais e mais com este coração divino para que, um dia, lá em cima no Céu, também nós possamos glorificar o Pai celeste ao lado daquele que tanto sofreu”. São Padre Pio de Pietrelcina