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  • El sacerdote la ofrecerá en el altar, descervigará su cabeza y la quemará en el altar; su sangre será exprimida contra la pared del altar. (Levítico 1, 15)

  • Impondrá su mano sobre la cabeza de la ofrenda y la inmolará en la entrade de la Tienda del Encuentro. Luego los hijos de Aarón, los sacerdotes, derramarán la sangre alrededor del altar. (Levítico 3, 2)

  • impondrá su mano sobre la cabeza de la ofrenda y la inmolará ante la Tienda del Encuentro; los hijos de Aarón derramarán la sangre alrededor del altar. (Levítico 3, 8)

  • impondrá la mano sobre su cabeza y la inmolará ante la Tienda del Encuentro; los hijos de Aarón derramarán su sangre alrededor del altar. (Levítico 3, 13)

  • El sacerdote se vestirá su túnica de lino y cubrirá su cuerpo con calzones de lino. Sacará las cenizas a que el fuego haya reducido las grasas del holocausto sobre el altar y las depositará junto al altar. (Levítico 6, 3)

  • Moisés lo inmoló. Tomó la sangre y mojó con su dedo los cuernos del altar, todo en derredor, para purificarlo. Después derramó la sangre al pie del altar; de esta manera lo consagró haciendo por él la expiación. (Levítico 8, 15)

  • Después Moisés hizo que se acercaran los hijos de Aarón, les untó con la sangre el lóbulo de la oreja derecha, el pulgar de su mano derecha y el de su pie derecho; y derramó la sangre sobre el altar, todo en derredor. (Levítico 8, 24)

  • Si al examinarla observa que la mancha forma en las paredes de la casa cavidades verdosas y rojizas que parecen hundidas en la pared, (Levítico 14, 37)

  • Volverá al día séptimo, y si comprueba que la mancha se ha extendido por las paredes de la casa, (Levítico 14, 39)

  • No rapéis en redondo vuestra cabellera, ni cortes los bordes de tu barba. (Levítico 19, 27)

  • Soltaré contra vosotros las fieras salvajes, que os privarán de vuestros hijos, exterminarán vuestro ganado y os reducirán a unos pocos, de modo que vuestros caminos queden desiertos. (Levítico 26, 22)

  • Reduciré vuestras ciudades a ruina y devastaré vuestros santuarios, no aspiraré ya más vuestros calmantes aromas. (Levítico 26, 31)


“Onde há mais sacrifício, há mais generosidade.” São Padre Pio de Pietrelcina