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Dijo Dios: «Produzca la tierra vegetación: hierbas que den semillas y árboles frutales que den fruto, de su especie, con su semilla dentro, sobre la tierra.» Y así fue. (Génesis 1, 11)
La tierra produjo vegetación: hierbas que dan semilla, por sus especies, y árboles que dan fruto con la semilla dentro, por sus especies; y vio Dios que estaban bien. (Génesis 1, 12)
Dijo Dios: «Produzca la tierra animales vivientes de cada especie: bestias, sierpes y alimañas terrestres de cada especie.» Y así fue. (Génesis 1, 24)
Entonces Yahveh Dios hizo caer un profundo sueño sobre el hombre, el cual se durmió. Y le quitó una de las costillas, rellenando el vacío con carne. (Génesis 2, 21)
El replicó: «¿Quién te ha hecho ver que estabas desnudo? ¿Has comido acaso del árbol del que te prohibí comer?» (Génesis 3, 11)
Al hombre le dijo: «Por haber escuchado la voz de tu mujer y comido del árbol del que yo te había prohibido comer, maldito sea el suelo por tu causa: con fatiga sacarás de él el alimento todos los días de tu vida. (Génesis 3, 17)
Espinas y abrojos te producirá, y comerás la hierba del campo. (Génesis 3, 18)
También Abel hizo una oblación de los primogénitos de su rebaño, y de la grasa de los mismos. Yahveh miró propicio a Abel y su oblacíon, (Génesis 4, 4)
mas no miró propicio a Caín y su oblación, por lo cual se irritó Caín en gran manera y se abatió su rostro. (Génesis 4, 5)
Tú mismo procúrate toda suerte de víveres y hazte acopio para que os sirvan de comida at ti y a ellos.» (Génesis 6, 21)
y yo os prometo reclamar vuestra propia sangre: la reclamaré a todo animal y al hombre: a todos y a cada uno reclamaré el alma humana. (Génesis 9, 5)
De aquella tierra procedía Asur, que edificó Nínive, Rejobot Ir, Kálaj (Génesis 10, 11)
