Encontrados 48 resultados para: postró

  • tras lo cual se levantó David, salió de la cueva y gritó detrás de Saúl: «¡Oh rey, mi señor!» Volvió Saúl la vista, e inclinándose David, rostro en tierra, se postró ante él, (I Samuel 24, 9)

  • Apenas vio a David, se apresuró Abigaíl a bajar del asno y cayendo ante David se postró en tierra, y (I Samuel 25, 23)

  • Se levantó ella y se postró rostro en tierra diciendo: «Tu sierva es una esclava para lavar los pies de los siervos de mi señor.» (I Samuel 25, 41)

  • Saúl le preguntó: «¿Qué aspecto tiene?» Ella respondió: «Es un hombre anciano que sube envuelto en su manto.» Comprendió Saúl que era Samuel y cayendo rostro en tierra se postró. (I Samuel 28, 14)

  • Al tercer día llegó del campamento uno de los hombres de Saúl, con los vestidos rotos y cubierta de polvo su cabeza; al llegar donde David cayó en tierra y se postró. (II Samuel 1, 2)

  • Llegó Meribbaal, hijo de Jonatán, hijo de Saúl, adonde David y cayendo sobre su rostro se postró. David le dijo: «Meribbaal», y respondió: «Aquí tienes a tu siervo.» (II Samuel 9, 6)

  • El se postró y dijo: «¿Qué es tu siervo, para que te fijes en un perro muerto como yo?» (II Samuel 9, 8)

  • David se levantó del suelo, se lavó, se ungió y se cambió de vestidos. Fue luego a la casa de Yahveh y se postró. Se volvió a su casa, pidió que le trajesen de comer y comió. (II Samuel 12, 20)

  • Entró, pues, donde el rey la mujer de Técoa y cayendo sobre su rostro en tierra se postró y dijo: «¡Sálvame, oh rey!» (II Samuel 14, 4)

  • Fue Joab al rey y se lo comunicó. Entonces llamó a Absalón. Entró éste donde el rey y se postró sobre su rostro en presencia del rey. Y el rey besó a Absalón. (II Samuel 14, 33)

  • El rey dijo a Sibá: «Todo lo de Meribbaal es para ti» Sibá respondió: «Me postro ante ti. ¡Que halle yo gracia a tus ojos, oh rey mi señor!» (II Samuel 16, 4)

  • Y Joab dijo al kusita: «Anda y anuncia al rey lo que has visto.» El kusita se postró ante Joab y partió a la carrera. (II Samuel 18, 21)


“Agradeça sempre ao Pai eterno por sua infinita misericórdia”. São Padre Pio de Pietrelcina