Encontrados 3548 resultados para: ora

  • Pido, querido, en mis oraciones que vayas bien en todo como va bien tu alma y que goces de salud. (III Juan 1, 2)

  • Querido, te portas fielmente en tu conducta para con los hermanos, y eso que son forasteros. (III Juan 1, 5)

  • Por eso debemos acoger a tales personas, para ser colaboradores en la obra de la Verdad. (III Juan 1, 8)

  • y además que a los ángeles, que no mantuvieron su dignidad, sino que abandonaron su propia morada, los tiene guardados con ligaduras eternas bajo tinieblas para el juicio del gran Día. (Judas 1, 6)

  • Pero éstos injurian lo que ignoran y se corrompen en las cosas que, como animales irracionales, conocen por instinto. (Judas 1, 10)

  • Pero vosotros, queridos, edificándoos sobre vuestra santísima fe y orando en el Espíritu Santo, (Judas 1, 20)

  • al Dios único, nuestro Salvador, por medio de Jesucristo, nuestro Señor, gloria, majestad, fuerza y poder antes de todo tiempo, ahora y por todos los siglos. Amén. (Judas 1, 25)

  • el que vive; estuve muerto, pero ahora estoy vivo por los siglos de los siglos, y tengo las llaves de la Muerte y del Hades. (Apocalipsis 1, 18)

  • Y a sus hijos, los voy a herir de muerte: así sabrán todas las Iglesias que yo soy el que sondea los riñones y los corazones, y yo os daré a cada uno según vuestras obras. (Apocalipsis 2, 23)

  • Acuérdate, por tanto, de cómo recibiste y oíste mi Palabra: guárdala y arrepiéntete. Porque, si no estás en vela, vendré como ladrón, y no sabrás a qué hora vendré sobre ti. (Apocalipsis 3, 3)

  • Ya que has guardado mi recomendación de ser paciente, también yo te guardaré de la hora de la prueba que va a venir sobre el mundo entero para probar a los habitantes de la tierra. (Apocalipsis 3, 10)

  • Ahora bien, puesto que eres tibio, y no frío ni caliente, voy a vomitarte de mi boca. (Apocalipsis 3, 16)


“Subamos sem nos cansarmos, sob a celeste vista do Salvador. Distanciemo-nos das afeições terrenas. Despojemo-nos do homem velho e vistamo-nos do homem novo. Aspiremos à felicidade que nos está reservada.” São Padre Pio de Pietrelcina