Encontrados 351 resultados para: nuestros

  • Asiria no nos salvará, no montaremos ya a caballo, y no diremos más "Dios nuestro" a la obra de nuestros manos, oh tú, en quien halla compasión el huérfano.» (Oseas 14, 4)

  • ¿No ha sido arrancada la comida de delante de nuestros ojos, y de la Casa de nuestro Dios la alegría y el júbilo? (Joel 1, 16)

  • Aquel día se proferirá sobre vosotros una sátira, se plañirá una lamentación y se dirá: «¡Estamos despojados del todo; la porción de mi pueblo se ha medido a cordel, y no hay quien restituya; a nuestros saqueadores les tocan nuestros campos!» (Miqueas 2, 4)

  • Ahora se juntan contra ti numerosas naciones; y dicen: «¡Sea profanada, que en Sión se regodeen nuestros ojos!» (Miqueas 4, 11)

  • volverá a compadecerse de nosotros, pisoteará nuestras culpas. ¡Tú arrojarás al fondo del mar todos nuestros pecados! (Miqueas 7, 19)

  • Otorga fidelidad a Jacob amor a Abraham, como juraste a nuestros padres, desde los días de antaño. (Miqueas 7, 20)

  • Sin embargo, mis palabras y preceptos que yo había prescrito a mis siervos los profetas ¿no alcanzaron a vuestros padres? Por eso se volvieron ellos y dijeron: "Como Yahveh Sebaot había decidido tratarnos, según nuestros caminos y nuestras obras, así nos ha tratado".» (Zacarías 1, 6)

  • ¿No tenemos todos nosotros un mismo Padre? ¿No nos ha creado el mismo Dios? ¿Por qué nos traicionamos los unos a los otros, profanando la alianza de nuestros padres? (Malaquías 2, 10)

  • y perdónanos nuestras deudas, así como nosotros hemos perdonado a nuestros deudores; (Mateo 6, 12)

  • Dícenle: «¡Señor, que se abran nuestros ojos!» (Mateo 20, 33)

  • Y Jesús les dice: «¿No habéis leído nunca en las Escrituras: La piedra que los constructores desecharon, en piedra angular se ha convertido; fue el Señor quien hizo esto y es maravilloso a nuestros ojos? (Mateo 21, 42)

  • y decís: "Si nosotros hubiéramos vivido en el tiempo de nuestros padres, no habríamos tenido parte con ellos en la sangre de los profetas!" (Mateo 23, 30)


“Tenhamos sempre horror ao pecado mortal e nunca deixemos de caminhar na estrada da santa eternidade.” São Padre Pio de Pietrelcina