Encontrados 351 resultados para: nuestros

  • Por eso está dolorido nuestro corazón, por eso se nublan nuestros ojos: (Lamentaciones 5, 17)

  • ¡Haznos volver a ti, Yahveh, y volveremos. Renueva nuestros días como antaño, (Lamentaciones 5, 21)

  • El Señor nos dará fuerzas e iluminará nuestros ojos para vivir a la sombra de Nabucodonosor, rey de Babilonia, y a la sombra de su hijo Baltasar; les serviremos largos días y hallaremos gracia a sus ojos. (Baruc 1, 12)

  • a nuestros reyes, a nuestros príncipes, a nuestros sacerdotes, a nuestros profetas y a nuestros padres. (Baruc 1, 16)

  • Desde el día en que el Señor sacó a nuestros padres del país de Egipto hasta el día de hoy hemos sido indóciles al Señor Dios nuestro y prestos en desoír su voz. (Baruc 1, 19)

  • Por esto se nos han pegado los males y la maldición con que el Señor conminó a su siervo Moisés el día que sacó a nuestros padres del país de Egipto para darnos una tierra que mana leche y miel, como sucede en este día. (Baruc 1, 20)

  • Por eso el Señor Dios nuesro ha cumplido la palabra que había pronunciado contra nosotros, contra nuestros jueces que juzgaron a Israel, contra nuestros reyes y nuestros príncipes, contra los habitantes de Israel y de Judá. (Baruc 2, 1)

  • Al Señor Dios nuestro la justicia; a nosotros y a nuestros padres la confusión del rostro, como sucede en este día. (Baruc 2, 6)

  • No apoyados en las obras justas de nuestros padres y de nuestros reyes derramamos nuestra súplica de piedad ante tu rostro, oh Señor Dios nuestro. (Baruc 2, 19)

  • Pero nosotros no escuchamos tu invitación de servir al rey de Babilonia, y tú entonces ha cumplido tus palabras, pronunciadas por medio de tus siervos los profetas: que los huesos de nuestros reyes y los huesos de nuestros padres serían sacados de sus sepulcros. (Baruc 2, 24)

  • No te acuerdes de las iniquidades de nuestros padres, sino acuérdate de tu mano y de tu Nombre en esta hora. (Baruc 3, 5)

  • Para eso pusiste tu temor en nuestros corazones, para que invocáramos tu Nombre. Queremos alabarte en nuestro destierro, porque hemos apartado de nuestro corazón toda la iniquidad de nuestros padres, que pecaron ante ti. (Baruc 3, 7)


“Menosprezai vossas tentações e não vos demoreis nelas. Imaginai estar na presença de Jesus. O crucificado se lança em vossos braços e mora no vosso coração. Beijai-Lhe a chaga do lado, dizendo: ‘Aqui está minha esperança; a fonte viva da minha felicidade. Seguro-vos, ó Jesus, e não me aparto de vós, até que me tenhais posto a salvo’”. São Padre Pio de Pietrelcina