Encontrados 1560 resultados para: mal

  • Os he escrito a vosotros, hijos míos, porque conocéis al Padre, Os he escrito, padres, porque conocéis al que es desde el principio. Os he escrito, jóvenes, porque sois fuertes y la Palabra de Dios permanece en vosotros y habéis vencido al Maligno. (I Juan 2, 14)

  • No como Caín, que, siendo del Maligno, mató a su hermano. Y ¿por qué le mató? Porque sus obras eran malas, mientras que las de su hermano eran justas. (I Juan 3, 12)

  • Sabemos que todo el que ha nacido de Dios no peca, sino que el Engendrado de Dios le guarda y el Maligno no llega a tocarle. (I Juan 5, 18)

  • Sabemos que somos de Dios y que el mundo entero yace en poder del Maligno. (I Juan 5, 19)

  • pues el que le saluda se hace solidario de sus malas obras. (II Juan 1, 11)

  • Por eso, cuando vaya, le recordaré las cosas que está haciendo, criticándonos con palabras llenas de malicia; y como si no fuera bastante, tampoco recibe a los hermanos, impide a los que desean hacerlo y los expulsa de la Iglesia. (III Juan 1, 10)

  • Querido, no imites lo malo, sino lo bueno. El que obra el bien es de Dios; el que obra el mal no ha visto a Dios. (III Juan 1, 11)

  • Pero éstos injurian lo que ignoran y se corrompen en las cosas que, como animales irracionales, conocen por instinto. (Judas 1, 10)

  • Conozco tu conducta: tus fatigas y paciencia; y que no puedes soportar a los malvados y que pusiste a prueba a los que se llaman apóstoles sin serlo y descubriste su engaño. (Apocalipsis 2, 2)

  • Si alguien pretendiera hacerles mal, saldría fuego de su boca y devoraría a sus enemigos; si alguien pretendería hacerles mal, así tendría que morir. (Apocalipsis 11, 5)

  • El primero fue y derramó su copa sobre la tierra; y sobrevino una úlcera maligna y perniciosa a los hombres que llevaban la marca de la Bestia y adoraban su imagen. (Apocalipsis 16, 2)

  • Y no habrá ya maldición alguna; el trono de Dios y del Cordero estará en la ciudad y los siervos de Dios le darán culto. (Apocalipsis 22, 3)


“No juízo final daremos contas a Deus até de uma palavra inútil que tenhamos dito.” São Padre Pio de Pietrelcina