Encontrados 144 resultados para: llevó

  • Tomó David los escudos de oro que llevaban los servidores de Hadadézer y los llevó a Jerusalén. (I Crónicas 18, 7)

  • A la vuelta del año, al tiempo que los reyes salen a campaña, llevó Joab el grueso del ejército y asoló el país de los ammonitas; después fue a poner sitio a Rabbá. Mientras, David se quedó en Jerusalén. Entretanto Joab derrotó a Rabbá y la destruyó. (I Crónicas 20, 1)

  • David tomó de la cabeza de Milkom la corona y encontró que pesaba un talento de oro. Había en ella una piedra preciosa que fue puesta en la cabeza de David, y se llevó un enorme botín de la ciudad. (I Crónicas 20, 2)

  • Salomón reunió carros y caballos, tuvo 1.400 carros y 12.000 caballos que llevó a las ciudades de los carros y junto al rey en Jerusalén. (II Crónicas 1, 14)

  • Acabó Salomón la Casa de Yahveh y la casa del rey y llevó a cabo todo cuanto se había propuesto hacer en la Casa de Yahveh y en su propia casa. (II Crónicas 7, 11)

  • Llevó a la Casa de Dios las ofrendas consagradas por su padre y sus propias ofrendas: plata, oro y utensilios. (II Crónicas 15, 18)

  • Llevó a cabo muchas obras en las ciudades de Judá, y tuvo una guarnición de guerreros escogidos en Jerusalén. (II Crónicas 17, 13)

  • Joás, rey de Israel, capturó a Amasías, rey de Judá, hijo de Joás, hijo de Ocozías, en Bet Semes y le llevó a Jerusalén; y abrió una brecha de cuatrocientos codos en la muralla de Jerusalén desde la puerta de Efraím hasta la puerta del Angulo. (II Crónicas 25, 23)

  • Safán llevó el libro al rey, y le rindió cuentas diciendo: «Tus siervos están haciendo todo lo que les ha sido encargado. (II Crónicas 34, 16)

  • El rey de Egipto proclamó rey de Judá y Jerusalén a Eliaquim, hermano de Joacaz, cambiándole el nombre por el de Yoyaquim. Y a Joacaz, su hermano, le tomó Nekó y lo llevó a Egipto. (II Crónicas 36, 4)

  • Nabucodonosor llevó también a Babilonia algunos objetos de la Casa de Yahveh que depositó en su santuario, en Babilonia. (II Crónicas 36, 7)

  • Todos los objetos de la Casa de Dios, grandes y pequeños, los tesoros de la Casa de Yahveh y los tesoros del rey y de sus jefes, todo se lo llevó a Babilonia. (II Crónicas 36, 18)


“Se quisermos colher é necessário não só semear, mas espalhar as sementes num bom campo. Quando as sementes se tornarem plantas, devemos cuidá-las para que as novas plantas não sejam sufocadas pelas ervas daninhas.” São Padre Pio de Pietrelcina