Encontrados 483 resultados para: horno de fuego

  • Y lo mismo Sodoma y Gomorra y las ciudades vecinas, que como ellos fornicaron y se fueron tras una carne diferente, padeciendo la pena de un fuego eterno, sirven de ejemplo. (Judas 1, 7)

  • a otros, tratad de salvarlos arrancándolos del fuego; y a otros mostradles misericordia con cautela, odiando incluso la túnica manchada por su carne. (Judas 1, 23)

  • Su cabeza y sus cabellos eran blancos, como la lana blanca, como la nieve; sus ojos como llama de fuego ; (Apocalipsis 1, 14)

  • sus pies parecían de metal precioso acrisolado en el horno; su voz como voz de grandes aguas. (Apocalipsis 1, 15)

  • Escribe al Angel de la Iglesia de Tiatira: Esto dice el Hijo de Dios, cuyos ojos son como llama de fuego y cuyos pies parecen de metal precioso. (Apocalipsis 2, 18)

  • Te aconsejo que me compres oro acrisolado al fuego para que te enriquezcas, vestidos blancos para que te cubras, y no quede al descubierto la vergüenza de tu desnudez, y un colirio para que te des en los ojos y recobres la vista. (Apocalipsis 3, 18)

  • Del trono salen relámpagos y fragor y truenos; delante del trono arden siete antorchas de fuego, que son los siete Espíritus de Dios. (Apocalipsis 4, 5)

  • Tocó el primero... Hubo entonces pedrisco y fuego mezclados con sangre, que fueron arrojados sobre la tierra: la tercera parte de los árboles quedó abrasada, toda hierba verde quedó abrasada. (Apocalipsis 8, 7)

  • Abrió el pozo del Abismo y subió del pozo una humareda como la de un horno grande, y el sol y el aire se oscurecieron con la humareda del pozo. (Apocalipsis 9, 2)

  • Así vi en la visión los caballos y a los que los montaban: tenían corazas de color de fuego, de jacinto y de azufre; las cabezas de los caballos como cabezas de león y de sus bocas salía fuego y humo y azufre. (Apocalipsis 9, 17)

  • Y fue exterminada la tercera parte de los hombres por estas tres plagas: por el fuego, el humo y el azufre que salían de sus bocas. (Apocalipsis 9, 18)

  • Vi también a otro Angel poderoso, que bajaba del cielo envuelto en una nube, con el arcoiris sobre su cabeza, su rostro como el sol y sus piernas como columnas de fuego. (Apocalipsis 10, 1)


“Sigamos o caminho que nos conduz a Deus.” São Padre Pio de Pietrelcina