Encontrados 102 resultados para: fui

  • Desde los días de nuestros padres hasta el día de hoy nos hemos hecho muy culpables: por nuestros crímenes fuimos entregados, nosotros, nuestros reyes y nuestros sacerdotes, en manos de los reyes de los países, a la espada, al cautiverio, al saqueo y al oprobio, como todavía hoy sucede. (Esdras 9, 7)

  • Porque esclavos fuimos nosotros, pero en nuestra esclavitud nuestro Dios no nos ha abandonado; nos ha granjeado el favor de los reyes de Persia, dándonos ánimos para levantar de nuevo la Casa de nuestro Dios y restaurar sus ruinas y procurándonos un valladar seguro en Judá y Jerusalén. (Esdras 9, 9)

  • Has sido justo en todo lo que nos ha sobrevenido, pues tú fuiste fiel, y nosotros malvados: (Nehemías 9, 33)

  • Cuando la deportación de Asiria, yo también fui deportado y me trasladé a Nínive. Todos mis hermanos y los de mi linaje comían los manjares de los gentiles, (Tobías 1, 10)

  • Ignoraba yo que arriba, en el muro, hubiera gorriones; me cayó excremento caliente sobre los ojos y me salieron manchas blancas. Fui a los médicos, para que me curasen; pero cuantos más remedios me aplicaban, menos veía a causa de las manchas, hasta que me quedé completamente ciego. Cuatro años estuve sin ver. Todos mis hermanos estaban afligidos; Ajikar, por su parte, proveyó a mi sustento durante dos años, hasta que se trasladó a Elimaida. (Tobías 2, 10)

  • Mira, soy como tú, no soy un dios, también yo de arcilla fui plasmasdo. (Job 33, 6)

  • a ti fui entregado cuando salí del seno, desde el vientre de mi madre eres tú mi Dios. (Salmos 22, 11)

  • Nun. Fui joven, ya soy viejo, nunca vi al justo abandonado, ni a su linaje mendigando el pan. (Salmos 37, 25)

  • «Yo no sé cómo aparecisteis en mis entrañas, ni fui yo quien os regaló el espíritu y la vida, ni tampoco organicé yo los elementos de cada uno. (II Macabeos 7, 22)

  • También yo fui hijo para mi padre, tierno y querido a los ojos de mi madre, (Proverbios 4, 3)

  • Desde la eternidad fui fundada, desde el principio, antes que la tierra. (Proverbios 8, 23)

  • Cuando no existían los abismos fui engendrada, cuando no había fuentes cargadas de agua. (Proverbios 8, 24)


“Como Jesus, preparemo-nos a duas ascensões: uma ao Calvário e outra ao Céu. A ascensão ao Calvário, se não for alegre, deve ao menos ser resignada!” São Padre Pio de Pietrelcina