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  • Los hijos de Aarón lo quemarán en el altar encima del holocausto que está sobre la leña, que está encima del fuego. Será un manjar abrasado de calmante aroma para Yahveh. (Levítico 3, 5)

  • Da esta orden a Aarón y a sus hijos: Esta es la ley del holocausto. (Este es el holocausto que estará sobre el fuego encendido, sobre el altar, toda la noche hasta la mañana, y que el fuego del altar mantendrá encendido.) (Levítico 6, 2)

  • Esta es la ley de la oblación: Los hijos de Aarón la presentarán delante de Yahveh, frente al altar; (Levítico 6, 7)

  • Esta es la ofrenda que Aarón y sus hijos ofrecerán a Yahveh el día de su unción: una décima de medida de flor de harina, como oblación perpetua, la mitad por la mañana, y la mitad por la tarde. (Levítico 6, 13)

  • Habla a Aarón y a sus hijos y diles: Esta es la ley del sacrificio por el pecado: En el lugar donde se inmola el holocausto, delante de Yahveh, será inmolada también la víctima por el pecado. Es cosa sacratísima. (Levítico 6, 18)

  • Todo cuanto toque esta carne quedará consagrado y, si su sangre salpica los vestidos, lavarás en lugar santo la parte salpicada. (Levítico 6, 20)

  • La vasija de barro en que haya sido cocida se romperá; y si ha sido cocida en vasija de bronce, ésta se fregará y lavará con agua. (Levítico 6, 21)

  • Esta es la ley del sacrificio de reparación: Es cosa sacratísima. (Levítico 7, 1)

  • Esta es la ley del sacrificio de comunión que se ofrece a Yahveh: (Levítico 7, 11)

  • Se añadirá esta ofrenda a las tortas de pan fermentado y al sacrificio de comunión en alabanza. (Levítico 7, 13)

  • Esta pierna derecha pertenecerá a aquel de los hijos de Aarón que haya ofrecido la sangre y el sebo de los sacrificios de comunión. (Levítico 7, 33)

  • Esta es la porción de Aarón y la porción de sus hijos, en los manjares que se abrasan en honor de Yahveh, desde el día en que los presentó para ejercer el sacerdocio de Yahveh. (Levítico 7, 35)


“A natureza humana também quer a sua parte. Até Maria, Mãe de Jesus, que sabia que por meio de Sua morte a humanidade seria redimida, chorou e sofreu – e como sofreu!” São Padre Pio de Pietrelcina